[dropcap]U[/dropcap]na vez al mes, en los aledaños del Comedor de los Pobres, ubicado en el paseo de la Estación, se ven colas de personas que están esperando llenar el carro de la compra con productos básico para alimentar a su familia. No están a las puertas de un comercio, supermercado o tienda. Están a la puerta de la organización que les ofrece productos con los que poner un plato de comida en la mesa de sus hogares.
No es una o diez o cincuenta familias las que acuden a recibir los productos, desde el Comedor de los Pobres estiman que cada mes se presentan al reparto mensual de alimentos unas 300 familias.
El perfil de las personas y familias que acuden al Comedor de los Pobres ha cambiado con la pandemia, desde la organización describen tres perfiles, los que acudían habitualmente, que eran un centenar de familias, que en la actualidad están peor que antes de la pandemia; las familias que necesitaban la ayuda hace diez años, con la crisis del 2008 y ya habían salido, pero han vuelto, y en tercer lugar, las familias normalizadas que se han visto en esta situación porque han perdido el trabajo o están en Erte, pero aún no han cobrado nada.
Este jueves, como ya ocurrió el 22 de septiembre, decenas de personas esperan a llenar el carro de la compra. Desde el Comedor de los Pobres hacen un llamamiento: Necesitan voluntarios de entre 18 y 55 años que puedan disponer de dos o tres días a la semana, desde las 9 a las 14 horas. Durante el verano tuvieron a gente joven, pero ahora están estudiando.