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Las potabilizadoras en el verano y la tubería del Puente Romano

JESÚS MÁLAGA: ‘Desde el balcón de la Plaza Mayor’ (Memorias de un alcalde)

[dropcap]E[/dropcap]n el verano de 1982 surgió una nueva dificultad. Las dos potabilizadoras trabajaban a tope para suministrar agua en los días de más demandas. La margen izquierda soportaba baja presión en las cañerías a pesar del trasvase desde la margen derecha, cuyas tuberías pasaban a través del puente de Enrique Esteban, pero el llenado de las piscinas municipales y algunas particulares vació el depósito de la Pinilla y la margen izquierda se quedó sin agua.

Chamberí recibía agua a través de las tuberías que atravesaba el puente de las Salas Bajas y el Arrabal por una tubería que construimos en el Puente Romano. El depósito de la Pinilla abastecía los polígonos industriales, el Teso de la Feria, el Parador de Turismo, Aldeatejada, Arapiles, Las Torres y Carbajosa. A pesar de los esfuerzos estuvimos ese verano en los límites, con frecuentes averías en las tuberías de trasvase a la margen izquierda. Las que pasaban el puente de Enrique Esteban se rompían con facilidad debido a las continuas vibraciones. Por estos motivos pensamos construir una nueva depuradora en la margen izquierda complementaria de la de Carbajosa.

Pero cuando tuvimos problemas de verdad fue al trazar la tubería por la calzada del Puente Romano. Gran parte de la opinión pública se nos puso en contra, no sin razones. Tuvimos que paralizar la obra hasta que se pronunció la Comisión de Patrimonio. Ésta recibió informes de los técnicos municipales favorables a la obra indicando que en nada dañaban al puente, ni siquiera en el caso de rotura de la tubería. El ingeniero municipal, Javier Rodríguez, informó que el puente y sus estructuras no se verían afectados por la obra, y Pío García Escudero, expresidente del Senado, entonces arquitecto de la Junta, y Alberto López Asenjo emitieron también informes favorables a la obra que pretendía el Ayuntamiento ya que la tubería no entraría en contacto con la obra de fábrica de origen romano.

Invitamos a los vecinos a colaborar evitando el derroche de agua. En los veranos el consumo subía un 15% más, y eso que la población juvenil universitaria disminuía drásticamente. El concejal Máximo Gómez trabajó para solucionar el problema del agua día y noche y me gustaría rendirle un homenaje de agradecimiento por sus desvelos y por su éxito en la solución del problema más enrevesado y complejo de los que nos encontramos.

Nuca se acaban los problemas en el suministro de agua a una ciudad y Salamanca no iba a ser menos. En 1983 se construyeron nuevas redes en Ciudad Jardín, barrio que estaba abandonado de la mano de Dios. También recibieron nuevas tuberías de abastecimiento y saneamiento la zona aledaña a la iglesia de San Blas, donde se estaba construyendo nuevas viviendas y necesitaba mayores demandas de agua y alcantarillado.

Ya en 1984, agobiados por un posible déficit en el suministro en el verano, el Ayuntamiento decidió comenzar a construir directamente, sin esperar a las ayudas de otras administraciones, la nueva potabilizadora. La Dirección General de Obras Hidráulicas nos había comunicado que sus aportaciones demorarían dos años y nosotros no podíamos esperar. Con la obra nos asegurábamos 400 litros por segundo más en la red y un total de 1.200.

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