El presupuesto de la Consejería de Sanidad, el más elevado de las cuentas de la Comunidad para 2021 con 4.366 millones, un 21,68 por ciento de incremento, eleva de 1.523 a 1.882 el gasto por tarjeta sanitaria lo que sitúa a Castilla y León a la cabeza del país en inversión por habitantes.
ICAL. Así lo destacó la consejera de Sanidad, Verónica Casado, en su comparecencia ante la Comisión de Economía y Hacienda de las Cortes para exponer los presupuestos de su departamento, que calificó de “históricos” con unos recursos más elevados que antes de la crisis de 2008 y donde defendió la importancia de contar con un servicio de salud público, como consideró que se ha puesto de manifiesto en esta pandemia.
Verónica Casado calificó las cuentas de realistas, permiten sentar los cimientos de la reforma, consolidan recursos para las retribuciones del personal, mejorar infraestructuras, renovar y adquirir equipos de alta tecnología y carteras de servicios asistenciales de calidad y cumplen con los objetivos marcados para el área sanitaria en el pacto de comunidad.
“Si algo hemos aprendido de la pandemia que estamos padeciendo es que un sistema público de salud es esencial a la hora de garantizar el bienestar de la población y mejorar su calidad de vida”, sostuvo la consejera, que recordó que este presupuesto representa el 7,58 por ciento del PIB, por encima del siete por ciento marcado en el pacto para la recuperación.
Casado defendió la apuesta firme para aprobar el mayor presupuesto dedicado a Sanidad en la historia de esta Comunidad Autónoma con un total de 4.366 millones de euros, un 21,68 por ciento más que en 2018. “Nunca antes se habían aprobado unos presupuestos de esta dimensión para la sanidad pública de Castilla y León”, aseguró.
La consejera agradeció “la generosidad y compromiso” con la salud del resto de consejerías del Gobierno y afirmó que contar con la mayor partida presupuestaria de la historia de Castilla y León no habría sido posible posible sin ella por parte de sus compañeros de Gabinete.
Tras recordar el envejecimiento y la dispersión poblacional y el aumento de patologías crónicas como amenazas y debilidades del sistema, unió a nivel nacional la falta de planificación del sistema y falta de planificación de las necesidades de profesionales y falta de financiación.