Hay pocos jugadores que sientan el fútbol como él, que vivan cada instante como si fuese a ser el último, cada entrenamiento, cada partido…
Seguro que también hay muy pocos jugadores que, a su edad (26-03-1983) sigan siendo totalmente imprescindibles para su club, en este caso, el CD Guijuelo.
Pero, no solo de fútbol vive el hombre y ‘airear’ la cabeza con otras actividades es una pieza clave en su vida; estudiar se ha convertido en una vía de escape. Por ello, es ‘El Ingeniero’ dentro y fuera del terreno de juego.
Sí, hablamos de Carlos Rubén Esteban, un andaluz que va camino de las 38 primaveras y que disfruta del fútbol y de sus estudios como si fuese un juvenil o un ‘millennial’; pero no, no lo es, es un tipo que tiene los pies en el suelo y la cabeza sobre los hombros. Quizá sea ése el gran secreto de su éxito.
¿Por qué Ingeniero?
“Siempre me ha gustado mucho la ciencia, saber cómo funcionan las cosas, cómo se comportan las estructuras, los mecanismos… desde pequeño siempre cogía algo y lo desmontaba, hacía inventos. Siempre me ha llamado la atención”, explica Carlos Rubén.
No en vano, como casi todo en la vida, los inicios no fueron fáciles. “Cuando empecé la carrera me llevé una pequeña sorpresa porque al principio todo eran matemáticas, cálculo… y lo llevé un poco mal. Pero soy una persona muy constante y muy cabezona, que no me gusta dejar las cosas a medias y lo he conseguido todo a base de trabajo. Acababa de entrenar en Guijuelo y me iba a Béjar toda la tarde sin venir a casa y luego pasaba algunos días por una academia para poder fijar mejor algunos conceptos. Llegaba por la noche desde las 09.00 horas que salía”, recuerda Carlos Rubén.
Una vez finalizada la carrera (es Graduado en Ingeniera Mecánica y el Máster es de Industrial) se propuso realizar un Máster, que cursa en la actualidad. “Estoy haciendo el Máster porque quiero aprovechar que sigo jugando al fútbol y me permite estudiar en Béjar; tengo las tardes libres y me gusta hacer algo con el tiempo, seguir formándome y tener un rango de Ingeniería superior, creo que es bueno para mí a la hora de poder tener más salidas profesionales si me dedico a este en algún momento de mi vida. Es algo a nivel industrial, altos cargos, gerencia, empresas…”.
A día de hoy, no se le pasa por la cabeza seguir vinculado al fútbol, “la verdad, pero porque no he tenido tiempo de pensarlo porque sigo en activo. Pero seguro que cuando lo deje, haré algún curso de entrenador y cuando llegue ese momento, probablemente seguiré vinculado a este deporte, o me gustaría. Pero ahora mi pensamiento pasa por formarme y terminar el Máster”.
Para Carlos Rubén, todo en la vida tiene un sentido y hay cosas del fútbol que se pueden aplicar a su carrera y viceversa. “Yo siempre intento utilizar todo lo que aprendo en mi vida. Hay veces que te preparas para un examen, y más en esta carrera, que tienes que saber la teoría aunque sea algo práctico, ya que si no te acuerdas de una fórmula, no puedes seguir con el ejercicio. Y en el fútbol pasa algo parecido porque trabajamos mucho, entrenamos bien, pero no estamos encontrando los resultados deseados. A veces te desilusionas, pero la constancia hace que al final todo llegue y la suerte al final también caerá de nuestro lado porque lo merecemos”.
Además, ‘El Ingeniero’ reconoce que de no haberse dedicado al fútbol, no podría haber estudiado esta carrera porque “te ocupa mucho tiempo y seguro la hubiese sacado, pero no en los años normales. Son muchas horas de estudio y eso me sirve para evadirme de todo, de los malos momentos, de una mala racha; estás con los compañeros y hablas de otra cosa, te distraes y vives nuevas experiencias”, relata Carlos Rubén.
Eso sí, en el CD Guijuelo solo el capitán Jonathan Martín le supera en edad y por eso está acostumbrado a ser de los veteranos. “En el Máster soy el segundo más viejo y en la carrera ya era el más mayor; a la hora de relacionarme con ellos no hay ningún problema”, reconoce.
¿Por qué recomienda a los deportistas estudiar? “Animo a los deportistas a que se formen también con algo ajeno al fútbol, pero es algo que tiene que salir de cada uno. Para mí, ha sido una gran experiencia porque yo no me considero una persona muy inteligente, pero sí muy trabajadora. Tuve siempre el ejemplo de mi madre que nos tuvo que sacar adelante y nos educó a todos mis hermanos trabajando mucho y el sacrificio es algo que he vivido desde muy pequeño. No me puedo quejar por estudiar, igual que por entrenar dos horas al día. Animo a todo el mundo porque el fútbol se termina demasiado pronto y hay cabezas que se pierden por esto y muchos no se dan cuenta de todo lo que valen”.
Palabra de un ingeniero… de la vida.