Dicen que la vida te puede dar una segunda oportunidad, pero que tres es raro… a este hecho puede agarrarse un CD Guijuelo que busca recuperar el equilibrio para no caer más al foso.
Y cuando hay una nueva opción de corregir las cosas que se han hecho mal, o se aprovecha o el final no será el esperado, ni mucho menos.
Por ello, el CD Guijuelo tiene un mercado de invierno para intentar hacer bien los deberes porque el suspenso en planificación deportiva está más que garantizado en esta extraña temporada 2020-21.
Ante esta situación, ¿qué debe hacer el equipo salmantino para salir del pozo en el que se ha metido? En primer lugar, esperar a que el director deportivo acierte con todas las altas y bajas y que los jugadores que aterricen sean mejores que los que se han ido y sean superiores o complementen a los que se van a quedar.
Ya ha habido un cambio en la portería con la salida de Molina y la llegada de José Salcedo, mientras que Andrés González también ha dejado el equipo a la espera de la contratación de un hombre en la retaguardia.
Precisamente, la defensa es una de las zonas más pobres del equipo de los hermanos Montes porque Dan Ojog ha sido operado del cruzado y solo ha podido disputar un partido hasta la fecha; Jonathan Martín se lesionó aunque puede estar recuperado para el nuevo inicio de la competición, mientras que José Martínez también se marchó tocado del último partido del año del equipo, el de Copa contra el Real Mallorca, en el que Jacobo Montes tuvo que jugar los últimos minutos sin centrales puros… no le quedó otra.
No en vano, el rumano Razvan puede ser una solución en ese puesto, ya que sus dos partidos disputados como central zurdo fueron positivos, aunque el club trabaja en la llegada de uno o dos centrales que le den opciones al cuerpo técnico para poder cambiar incluso el sistema y pasar a jugar con defensa de 3 centrales con dos carrileros largos.
El centro del campo es otra de las zonas que ha contado con más problemas en la construcción de juego y de aclarar las ideas del equipo por el bajo rendimiento de algunos futbolistas. Lo más positivo de esta temporada ha sido ver como ‘el ingeniero’ Carlos Rubén, camino de los 38 años, ha seguido siendo en líder del equipo en ambas facetas del juego, bien secundado en la segunda parte de la temporada por Kamal. Ahora, con el regreso del rumano Andi Bogdan, el Guijuelo ganará en el apartado ofensivo porque el jugador ya demostró el año pasado de lo que es capaz.
Por banda, Alain, Pozo y Zamorano esperan la llegada de Manu Molina, que le debe dar al equipo un plus de calidad, desborde y gol porque le hace falta al equipo.
Pero, donde más necesitado está el equipo es en el ataque, ya que Antonio Pino se ha visto obligado a ‘comerse el marrón’ de jugar solo y tocado por la lesión de Lolo Plá, al que se espera para finales de enero o principios de febrero.
El andaluz ha sido el máximo goleador del equipo con tres goles y se ha encargado de realizar un esfuerzo máximo al jugar solo y hacerlo todos los minutos pese a no haber hecho pretemporada, demostrando que tiene un vínculo especial con el Guijuelo, club con el que siempre rinde. Pero su juego se ve mucho más beneficiado si le acompaña otro punta, por lo que un delantero más debe llegar.
Que todas las piezas lleguen o no pronto depende de la habilidad del director deportivo para moverse en un mercado en el que fracasó en el inicio de esta temporada.