Si hay una calle comercial por excelencia en la ciudad de Salamanca (con permiso de Toro, Zamora y La Rúa), ésa es Azafranal, que vivió tiempos pasados con mucho más esplendor económico.
Su historia nos dice que los edificios que dan forma a esta céntrica calle son tan valiosos y bellos como la propia flor del azafrán. Esta calle debe su esplendor a que en 1918 cambia el urbanismo de la ciudad. Fue ese año cuando se abrió en toda su extensión, las obras para establecer las rasantes de la plaza de Santa Eulalia estaban rematadas y se quería abrir la plaza a la calle del Pozo Amarillo.
Precisamente ese año es cuando se edifica el más antiguo catalogado de interés. Es obra del arquitecto Santiago Madrigal y ocupa el número 57. Su estilo es Neoplateresco. Tiene la fachada de cemento moldeado y estuco y entre las características singulares que se pueden apreciar está el mirador de esquina y la gran decoración con frisos, medallones… Cuando se edificó, estaba en el límite de la ciudad antigua con la parte de ensanche que se hizo en Salamanca hace un siglo.
Pero, eso ya es historia, por desgracia; en la actualidad el poderío económico de esta vía de la capital charra ha quedado atrás; y lo hizo antes de la maldita pandemia de la Covid-19, que nos da un ‘revolcón’ tras otro, en una situación que se ha agudizado aún más.
Más de 40 pymes se sitúan a izquierda y derecha de una calle, que tiene demasiados ‘agujeros’ en su trinchera. Negocios de loterías, inmobiliarias, papelerías, hostelería, óptica, tiendas de ropa, embutidos o tiendas de complementos tratan de sobrevivir a una delicada situación que ha dejado a muchos por el camino, demasiados…
Y es que, esta vía que nace en el inicio de la Gran Vía y termina en la Plaza del Liceo ha recibido demasiados ‘disparos’ y no es raro ni extraño ver locales vacíos con carteles poco halagüeños de ‘se vende’ o ‘se alquila’, como símbolo de lo que un día fue y ahora ya no es.
Hasta 15 locales tienen la puerta cerrada y el interior vacío en busca de un nuevo negocio que pueda perdurar en el tiempo y sobreponerse a las dificultades económicas; y todo ello, pese a ser ‘peatonal’. Porque lo es a medias.
Algunos de esos locales son los que más metros cuadrados de superficie tienen, por lo que el hecho de pagar su renta ya asusta a más de uno, cuando antes brillaban con esplendor en una de las mejores zonas de la capital. ¡Ay, calle Azafranal; lo que eras y en lo que te han convertido…».
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https://www.flickr.com/photos/lacronicadesalamanca/albums/72157718341340993
2 comentarios en «Calle Azafranal: lo que eras y en lo que te han convertido»
Que vuelvan a abrirla al tráfico y se recuperen los aparcamientos, al menos que sirva para algo
Hay muchas calles en Salamanca,pero parece que solo conocen la calle Toro
Tenemos comercios y establecimientos más bonitos y con mejores ofertas y mejor atención en cualquier calle de salamanca.Incluso para pasear cualquier otra calle tiene más encanto que la calle Toro.