Botellas de cristal rotas, litronas, latas de cerveza, envoltorios de plástico, mascarillas, colillas, pipas, paquetes de tabaco, pañuelos…
Estos son solo algunos de los restos de basura que se pueden apreciar en el mirador del parque de la Merced de la capital salmantina, más conocido como el mirador de la facultad de Ciencias, que se ha convertido en un vertedero en el centro de la capital.
Además de poder admirar el Puente Romano, su entorno, el río Tormes o una visión aérea de otra parte de la ciudad, también uno puede sorprenderse con cantidades ingentes de basura acumulada que afean una de las zonas con más encanto de la ciudad.
Sin duda, este espacio se ha convertido en un espectáculo dantesco en una ciudad que presume de ser joven, universitaria y cosmopolita, pero que tiene un estercolero en pleno corazón universitario y turístico, donde los botellones, las reuniones o el simple hecho de salir a tomar una Coca Cola en esta zona, dejan en evidencia la falta de civismo de los jóvenes, universitarios y muchos más, seguro.
Son ellos, en su gran mayoría los que frecuentan esta zona de la ciudad, en la que al margen de toda la basura existente, se ha convertido en un mural para las pintadas de los ávidos grafiteros de Salamanca, en una imagen que nada tiene que ver con lo que se desea ‘vender’.
Y, por último, y quizá más desagradable es el ‘aromático’ olor a pis, repartido por muchos de los rincones de este mirador, bien acompañados por las aguas mayores y los papeles con los que los protagonistas de los ‘apretones’ tiene que limpiarse.
Vamos, un lugar que ha pasado de ser un mirador a un auténtico estercolero… vayan, vena y huelan.
1 comentario en «Un vertedero en pleno centro de Salamanca»
Muy mal por la gente que tira las latas, botellas, envases de plástico y todo lo demás imaginable, por allí.
Pero peor por parte del Ayuntamiento que no realiza una limpieza a fondo cada vez que haga falta.
Porque esa basura no se acumula en unos días, sino en bastantes. A lo que habría que añadir si hay suficientes papeleras, ¿no es así?