[dropcap]U[/dropcap]namuno es un personaje enigmático; cuanto más indagas en él, más misterioso se vuelve. Manuel Menchón y yo hemos investigado sobre las circunstancias que rodearon su muerte y el resultado es el libro La doble muerte de Unamuno, una mezcla de ensayo reflexivo, crónica histórica y relato”. Las palabras del escritor y profesor zamorano de la Universidad de Salamanca Luis García Jambrina condensan la esencia del volumen que este lunes llega a las librerías de todo el país de la mano de la editorial Capitán Swing, un estudio que parte de la exhaustiva documentación que condujo a Menchón a dirigir el documental Palabras para un fin del mundo (estrenado en Seminci), para ir más allá y profundizar en cuanto rodeó el fallecimiento del escritor, desmontando la versión oficial que el franquismo erigió en torno a su figura.
César Combarros / ICAL. “El libro desgrana cómo se fue construyendo el relato franquista y, una vez expuesto, lo desmonta punto por punto. Es un contrarrelato que pretende desenmascarar y desarticular esa versión oficial que se fue creando con el tiempo a partir de su muerte, desde el entorno del aparato de prensa y propaganda que dirigió durante un periodo Millán Astray”, señala García Jambrina en declaraciones a Ical, en las que recalca que han intentado construir un libro “ágil, lleno de tensión y de emoción, pero sobre todo muy reflexivo y documentado”.
En su opinión, y más allá de las circunstancias que condujeron a la muerte del pensador, “la manipulación que se hizo de la figura de Unamuno, de su legado y de su memoria, es un ejemplo perfecto que debería estudiarse en las facultades de Ciencias de la Información o de la Comunicación”. “El suyo es un caso modélico de cómo se construye un relato propagandístico falso, y lo peor de todo, de cómo a veces estos relatos cuajan y lo difícil que es desmontarlos con el paso del tiempo”, añade.
“A día de hoy todavía sigue vigente esa imagen de Unamuno como un falangista o simpatizante del fascismo, cuando en realidad fue una víctima directa de ellos. No murió fusilado pero el resultado fue el mismo, la muerte, con el agravante en su caso de la muerte simbólica, que a sus 72 años para él era más grave que la muerte real. Lo peor que le podía ocurrir a una persona como Unamuno, que nunca estuvo con unos ni con otros, que siempre fue libre, es que muera encasillado, convertido en lo contrario de lo que él era, y por increíble que parezca esa idea sigue presente”, señala.
Es por ello que La doble muerte de Unamuno adquiere una especial relevancia en la actualidad, en unos tiempos donde la posverdad y la crispación política están a la orden del día. “Lo que podríamos llamar ‘el caso Unamuno’ tiene hoy más interés que nunca, porque muestra cómo todo esto de la posverdad, las ‘fake news’, la propaganda y demás, viene de atrás y es peligrosísimo. La diferencia entre aquel tiempo y el actual es que incluso nos hemos aún hecho más cínicos, y en este momento parece que ya ni siquiera tiene sentido hablar de verdad o buscarla. Eso es lo más tremendo”, reflexiona el escritor.
El gran intelectual español
Según explica García Jambrina, él y Menchón se conocieron el 9 de noviembre de 2019 en Madrid, cuando los dos fueron invitados a participar en el coloquio organizado por Alumni – Universidad de Salamanca ‘Unamuno y la Universidad de Salamanca. ¿Qué pasó realmente el 12 de octubre de 1936?’, donde ambos mantuvieron posturas parcialmente enfrentadas. Tras aquel primer encuentro mantuvieron el contacto y poco antes del verano cobró forma el proyecto de escritura del libro, que se centra en lo que rodeó la muerte de Unamuno, aspecto que el documental solo aborda en sus veinte minutos finales.
“Manuel se había dejado muchas cosas en el tintero, ya que mucha de la documentación que había manejado apenas se había utilizado. Un documental es algo más expositivo y tiene otro ritmo. Ahí hacía falta un libro que fuera más reflexivo y que desplegara toda esa documentación, centrándonos exclusivamente en la muerte, aparte de dibujar el contexto, porque inevitablemente hay que hablar de la relación de Unamuno con el fascismo, la falange, Millán Astray y el 12 de octubre, que fue en cierto modo el detonante de cuanto vino después”, recalca.
García Jambrina deja claro que considera a Unamuno “el gran renovador de la novela en España a comienzos del siglo XX, el primero y el más importante”, si bien aclara que “verlo solo como escritor es muy reduccionista”, puesto que “él era un intelectual, el más importante de la historia de España”. “Era una de las figuras más influyentes y respetadas, a la vez que controvertida en muchos aspectos. Era un hombre de acción, estaba continuamente publicando, dando charlas y conferencias, interviniendo en la vida pública desde los diferentes cargos que ocupó. No se puede entender ese primer tercio del siglo XX sin su figura, de ahí que todo lo que tenga que ver con Unamuno sigue siendo tan controvertido, porque siempre estaba en el ojo del huracán”, explica.
En ese sentido, subraya que era “el intelectual y el escritor más valiente de todos”, ya que “escribía aquello que quería escribir en cada momento sin importarle las consecuencias, y por ello fue procesado, fue desterrado y pasó esos últimos meses de su vida que fueron especialmente trágicos y no terminaron con su muerte física”, sino que se prolongan luego con lo que en el libro llaman “la muerte simbólica de Unamuno”. “No bastaba con que Unamuno desapareciera físicamente sino que había que secuestrar de alguna manera su figura, su memoria, su legado, y utilizarlo propagandísticamente, que es lo que hacen con Unamuno los sublevados y especialmente la falange”, completa.
Una estrecha relación
La relación de Luis García Jambrina con Miguel de Unamuno viene de lejos. Según explica, se remonta a su adolescencia incluso, cuando era un gran seguidor del poeta Agustín García Calvo y se dio cuenta de que una de las pocas figuras que este admiraba y respetaba era Unamuno; “eso me llevó a interesarme más por él”, rememora. Fue entonces cuando empezó a darle vueltas a la posibilidad de escribir una novela sobre los últimos meses de Unamuno y su muerte, pero en 1986 Luciano González Egido publicó ‘Agonizar en Salamanca’, que le impactó profundamente. “Algo así es lo que me hubiera gustado escribir a mí sobre Unamuno, una novela de no ficción”, afirma.
Poco después de acabar la carrera, hacia 1987, García Jambrina recibió una beca de la Casa-Museo Unamuno, gracias a la cual participó durante algo más de un año en el proyecto de inventario y catalogación del archivo. Y ya como investigador, le ha dedicado al bilbaíno varios artículos académicos, y la lección de su oposición a profesor titular de literatura española en la Universidad de Salamanca la realizó sobre la novelística del pensador.
Años más tarde, fue miembro de la Comisión Asesora de la Casa-Museo Unamuno durante un tiempo en el cual coordinó varios libros de la revista y jornadas unamunianas, y recientemente le han nombrado director de la revista ‘Cuadernos de la Cátedra Miguel de Unamuno’, con la idea de reflotarla tras once años sin publicarse. “Espero que para octubre podamos presentar el primer número de esta nueva época, que tendrá mucho que ver con el contenido del libro que ahora sale a la venta: Unamuno contra el fascismo, contra el autoritarismo, contra el poder en suma”, concluye.