El ensayo con 22 variedades de trigo en Castilla y León

Se trata de una comparativa entre variedades más rusticas y otras más modernas
Itacyl
(Fotos: Itacyl)

El Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl) ha firmado un protocolo de colaboración con sociedad Gestión de Licencias Vegetales (Geslive).

El objetivo es determinar el comportamiento de diferentes variedades de trigos harineros de distintas épocas, desde ecotipos (variedades utilizadas a principios del siglo XX), variedades de los años 50 y 60 del siglo XX, variedades de los años 90 y principios del siglo XXI y variedades actuales. Se trata de  poder ver la evolución de la mejora genética, tanto a nivel de rendimientos, resistencia a enfermedades, altura de plantas, encamados, ahijamiento, etc.

El acuerdo, firmado por el viceconsejero de Desarrollo Rural y director general del Instituto Tecnológico Agrario, Jorge Llorente, y el director general de Anove, Antonio Villarroel, como responsable de Geslive, ha permitido realizar ensayos con 22 variedades diferentes y realizar cuatro repeticiones. La dimensión total del ensayo, localizado en la Finca Zamadueñas en Valladolid, es de 1.200 metros cuadrados, repartido en unidades experimentales de doce metros cuadrados.

Tal y como ha dicho el viceconsejero, “los resultados de los ensayos, aportarán datos clave para mejorar en la producción competitiva, sostenible y de calidad del trigo en Castilla y León. La genética y la biodiversidad son dos herramientas fundamentales que permitirán incrementar en el futuro los rendimientos y la rusticidad de los cultivos para su adaptación al cambio climático “.

El Itacyl desarrolla ensayos en más de 80 localidades de Castilla y León donde se verifican de forma práctica el potencial de la mejora genética de diferentes cultivos. Es una línea estratégica de su Modelo de Investigación e Innovación que apuesta por la transferencia de los resultados a los agricultores de forma rápida y demostrativa.

Por su parte, Antonio Villarroel ha asegurado que “Anove está muy satisfecha de firmar este protocolo de colaboración con el Itacyl, una institución pública de investigación de indudable prestigio, que opera en una región en la que la agricultura desempeña un papel económico y social fundamental y que contribuirá al mismo tiempo a que el esfuerzo de investigación e innovación que realiza el sector obtentor de semillas y plantas sea más conocido y beneficie a los agricultores de la Comunidad”.

También ha reconocido que “esta colaboración evidencia y refuerza la importancia estratégica que tiene la obtención vegetal ante los retos que afrontamos (cambio climático, estrategia europea ‘De la Granja a la Mesa’, etc.), como herramienta fundamental para asegurar la sostenibilidad y la rentabilidad futuras de la agricultura, particularmente en una región como Castilla y León”.

Desarrollo de los ensayos

Las prácticas que se realizan en el marco del convenio incluyen labores preparatorias del terreno previas a la siembra, tratamientos fitosanitarios, siembra del ensayo, seguimiento del ensayo, realización de jornadas, cosecha del ensayo, análisis de calidad de las harinas, análisis estadístico de los resultados y publicación y difusión de los mismos.

Los resultados serán trasferidos una vez sean evaluados los rendimientos estadísticamente. También se analizarán otros aspectos como resistencia a enfermedades, encamados, precocidad, etc.

Itacyl

Ventajas de este tipo de ensayos

El valor añadido de estos ensayos está en mostrar el comportamiento de variedades que casi son míticas en Castilla y León, que se han obtenido desarrollando las técnicas de mejora más modernas. Es una comparativa entre rusticidad y modernidad y tratar de ver la importancia de la mejora genética.

La novedad está en que la mayoría de los ensayos se realizan para mostrar el comportamiento de las nuevas variedades que aparecen en el mercado, mientras que este trata de comparar variedades de distintas épocas, algunas muy lejanas en el tiempo. Va a permitir ver qué pueden aportar las variedades más antiguas, su rusticidad, si resisten mejor a algunas enfermedades y, si hubiera habido sequía, su comparación con las variedades actuales.

Para el sector lo más importante es que pueda visualizar el desarrollo genético de las nuevas variedades y la importancia de la mejora genética realizada por las empresas de semillas y los centros oficiales de investigación, sin perder de vista la importancia de la biodiversidad y la necesidad de conservar el material genético que aportan las variedades más antiguas.

Los resultados que se esperan estarían relacionados con una superioridad de rendimientos de las variedades registradas últimamente, respecto a las más antiguas, así como más resistencia a enfermedades, pero habrá que esperar para ver la importancia de la rusticidad, especialmente en resistencia a sequía.

No hay que olvidar tampoco la relevancia de la comparativa del análisis de la calidad harina panadera de las diferentes variedades y determinar las características de rusticidad que los nuevos mercados parecen demandar.

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