El 10 de mayo de 2018 el Palacio de Monterrey abrió sus puertas al público después de un intenso y complejo proceso de restauración gracias al convenio suscrito entre el Ayuntamiento de Salamanca y la Fundación Casa Alba, mediante el cual el Ayuntamiento puso 217.000 euros y los salmantinos que quisieran visitarlo tendrían que pagar entrada por entrar a verlo (hoy cuesta mínimo 7 euros). Un claro ejemplo más de las ventajas de la colaboración público-privada para darle el sablazo al dinero público. Esta vez con un inmueble histórico que es propiedad de una de las familias más ricas de España.
Desde entonces ha recibido 44.000 visitantes, según los datos del Consistorio que se antojan un tanto inflados, sobre todo, teniendo en cuenta que el 2020 ha sido en blanco y se puede visitar viernes, sábado y domingo.
El convenio tenía una duración de tres años y establecía que ambas partes se comprometen a que los posibles beneficios obtenidos por la gestión turística de las visitas al Museo Palacio de Monterrey (venta de entradas y merchandising si lo hubiera) serían reinvertidos en la mejora de la musealización y en su dinamización y mejora de la exposición, así como en el mantenimiento, conservación y mejora de todo el edificio que alberga el Museo, dando prioridad a la recuperación y conservación del Patrimonio Histórico Artístico.
Nada se sabe de si hubo beneficios (tuvo que haberlos si realmente entraron 44.000 visitantes) y si se reinvirtieron en el Palacio.
El caso es que a partir de este jueves, oficialmente el Ayuntamiento, que puso el dinero de la reforma, ya deja de tener cualquier tipo de incidencia en la gestión turística de este bien, si es que algún día la tuvo. A partir de ahora cede la gestión de las visitas turísticas del Palacio de Monterrey a la Fundación Casa de Alba, sin saber cuándo cesarán (se supone que no si recibe ese volumen de visitas: 154.000 euros al año), una vez que la casa de Alba ya la tiene arreglada y ha pagado el ‘peaje’ de abrirla para las visitas durante un par de años.
El último arreglo ha sido meter una buena conexión de internet pasando el cable por la fachada, como si tal cosa.
Emilio Ramírez, secretario de la Fundación Casa de Alba, ha agradecido este jueves al Ayuntamiento de Salamanca, en nombre de la Fundación, “su apoyo a la cultura y conservación de la memoria cultural e histórica de la ciudad”. Igualmente ha destacado “la estrecha colaboración mantenida entre ambas instituciones para promover el acercamiento de la cultura y patrimonio histórico de Palacio de Monterrey a la sociedad. Una colaboración que ha posibilitado el proceso de restauración del edificio y que continuará realizándose de forma activa mediante otros formatos entre Fundación Casa de Alba y el Ayuntamiento de la capital salmantina”.
Álvaro Romero, director cultural de la Casa de Alba, ha recordado “la importante colección artística y mobiliaria de Monterrey, que incluye cerámicas, tapices, esculturas de artistas como Mariano Benlliure, pinturas de autores, como José Ribera, Salvatore Rosa o Tiziano, y otras interesantes artes decorativas. En esta nueva etapa los visitantes contarán con importantes novedades. Se incorpora un nuevo tipo de visita nocturna al palacio y en la visita regular se introducen nuevos espacios que ofrecen una visión diferente y más completa del Palacio de Monterrey. A partir de ahora podrán recorrerse las celdas de servicio y otras zonas que aún hoy utiliza el personal del Palacio, así como la cocina, donde se podrá incluso conocer las recetas gastronómicas que han degustado los diferentes Duques de Alba hasta la actualidad”.
Y el concejal de Turismo, Fernando Castaño, se preguntó «¿Quién no se había preguntado alguna vez como sería por dentro y como se viviría en el Palacio de Monterrey?«.