La Guardia Civil está presente en Startup Olé con un stand en la feria, pero esta mañana han realizado un simulacro de rescate y un vuelo de drones para darse a conocer a la sociedad.
La actividad ha comenzado tras la inauguración de la feria y ha contado con personal de diferentes unidades de la Guardia Civil llegados de la comandancia de Salamanca y de otros puntos como Ávila.
Vuelo de drones
La Benemérita cuenta con diferentes aviones no tripulados para realizar labores de seguridad y vigilancia. Estos aparatos llevan la firma de los GAR, Grupo de Acción Rural. Los GAR son conocidos por llevar operaciones antiterroristas, vigilancia de grupos armados o estar en el País Vasco en los años más duros de ETA.
Los drones se utilizan desde 2014, los pilotos han recibido formación y ahora mismo se centran en operaciones como incautación de drogas o revisión de grandes territorios en las zonas rurales. El instituto armado tiene tres tipos de aparatos, desde los más pequeños, los MAVIC hasta los UAV, armas que dejan inoperativos estos elementos.
Rescate de montaña
Los siguientes en aparecer en la exhibición han sido los integrantes del Grupo de Montaña, GREIM, ubicados en Ávila. Estos dan servicio a toda la zona de Gredos y la sierra de nuestra provincia. Para dar a conocer sus operaciones han realizado un rescate en plena calle, como sí de un pico se tratase.
Los agentes recibieron una llamada de dos senderistas en una zona de montaña, se habían perdido. Uno de ellos, fue localizado gracias al uso de los drones, pero el otro fue imposible ya que se encontraba en una zona sin visibilidad. Para su búsqueda, se activó el helicóptero y la unidad se acercó hasta donde estaba el primero de los desaparecidos.
Allí en el terreno, los agentes con la ayuda de los perros guías se pusieron en marcha y encontraron al otro desaparecido en una zona sin visibilidad. El perro rescató a la persona e inmediatamente después fue evacuado en camilla hasta el hospital más cercano.
Pese a la hora y las restricciones de la pandemia la gente acudió a la puerta del Colegio Arzobispo Fonseca para ver los simulacros. Los que mejor se lo pasaron fueron los niños, sobre todo con la irrupción de los perros.