El religioso italiano de 40 años ha sido detenido por tráfico de drogas y se encuentra actualmente bajo arresto domiciliario.
El medio italiano II Corriere della Sera informa que este párroco de la Toscana usaba el dinero de sus fieles para organizar fiestas y orgías. En estas celebraciones los invitados consumían cocaína y otros estupefacientes como el GBL, conocida como ‘droga de la violación. Era el propio religioso el que las adquiría en Países Bajos.
Según las informaciones judiciales estos actos se llevaban realizando desde hace tiempo e incluso los propios fieles a sus misas habían notado cambios en sus comportamientos. “Estaba nervioso, tímido y ausente, no le gustaba organizar bautizos, comuniones, confirmaciones y bodas”, explica un fiel al Corriere.
El obispado al que pertenece, el de Prato, explicaba en una nota remitida a los medios que conocían desde hace tiempo un «fuerte estado de sufrimiento tanto físico como mental del cura pero nadie podría haber imaginado jamás que tuviera problemas de drogadicción».
En cuanto el obispo se percató de estos comportamientos extraños procedió a destituir al párroco de sus funciones y finalmente este pasado viernes fue detenido y acusado por la fiscalía de tráfico e importación de sustancias estupefacientes
