[dropcap]P[/dropcap]ara elegir el día de la inauguración pregunté a mi padre cuando estarían los árboles floridos, me dijo que el 19 de abril. Me fie de él y acerté. Fue un día hermoso, con los árboles frutales en flor, con miles de salmantinos diseminados por el parque.
Para la inauguración la banda interpretó un pequeño concierto. Comenzó la fiesta a las once de la mañana con coros y danzas, juegos de petanca, teatro infantil, marionetas y talleres de pintura. Se editaron 20.000 octavillas con las características del parque que se agotaron de inmediato. La Policía Municipal estimó que más de 65.000 salmantinos visitaron el parque el primer día de su apertura. El alcalde de Würzburg, Zeitler, acompañado de autoridades de la ciudad hermana alemana se sentaron con nosotros en unas sillas de tijera para oír el concierto de inauguración.
La prensa de la ciudad recibió el nuevo parque de forma desigual. Mientras que desde El Adelanto, su director Enrique de Sena llegó a considerar el asunto como la mejor obra urbanística en la Salamanca del siglo XX, desde las páginas de La Gaceta se criticó por sus malos accesos y su escasa utilidad.
La verdad es que desde entonces miles de salmantinos de toda la ciudad disfrutan de este parque a tan solo 500 metros de la Plaza Mayor y a doscientos de la Gran Vía. Pregunté a un experto, José María Vargas Zúñiga, su opinión sobre la compra y me dijo que era un negocio redondo para la ciudad desde todos los aspectos, especialmente dotacional y económico, y me felicitó públicamente por la compra.
Solicitamos posibles denominaciones para la huerta, pero no recibimos respuesta de los salmantinos, por este motivo se quedó con el primitivo, huerta del noviciado de los Jesuitas.
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