La magistrada que lleva el caso, Elisa Fort, ha ordenado al Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Madrid que analice el ADN de más de 50 pelos. Estos cabellos y vellos corporales fueron recogidos hace 28 años y descartados del estudio genético realizado entonces.
Según ha adelantado el diario Las Provincias, la jueza ha solicitado a los biólogos la realización de estos análisis, con lo que esclarecer la participación de Antonio Anglés en el crimen y así poder llevar a juicio al fugado. A día de hoy se desconoce su paradero y hay teorías de todo tipo, algunas apuntan que logró huir a Irlanda y otras afirman que está muerto.
“Hasta la fecha de hoy no existen indicios forenses que vinculen a Anglés con el crimen, y las ciencias forenses en la actualidad pudieran salvar este escollo” defiende el perito judicial y presidente de la Asociación Laxshmi, Félix Ríos. Esta asociación, para la Lucha contra el Crimen y la Prevención, es la que ha pedido nuevas pruebas para investigar el caso.
En 1997 los peritos pudieron determinar que los pelos encontrados en los cadáveres no correspondían a un mismo número de asesinos. En este sentido, Ríos aclara que muchas pruebas relacionadas con los cabellos y vellos no se realizaron entonces “por no considerarse de importancia. O se realizaron con las limitaciones lógicas de la época”.
Sin embargo, el avance de las técnicas de investigación permite que “a fecha de hoy podrían aportar datos importantes de cara a corroborar la participación de Anglés y arrojar luz sobre otras circunstancias que rodearon el caso”, matiza el perito.
El 27 de enero de 1993, fueron descubiertos los cadáveres de Miriam, Toñi y Desirée en el paraje de La Romana, en el término municipal de Tous (Valencia). Las tres adolescentes, de catorce y quince años, habían desaparecido la noche del 13 de noviembre de 1992, cuando se dirigían haciendo autoestop a una discoteca de la localidad de Picasent. Las menores fueron secuestradas, violadas, torturadas y asesinadas. El único condenado por los asesinatos fue Miguel Ricart, que salió de prisión hace ocho años.