El Mariquelo culmina su XXXV ascensión a la Torre de la Catedral

Se la dedica a los enfermos de esclerosis múltiple, Alzheimer, autismo y encefalomielitis miálgica y a La Palma
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El Mariquelo, bajo la campana María de la O, este domingo. (Ical: Susana Martín)

El folclorista salmantino Ángel Rufino de Haro, ‘El Mariquelo’, cumplió este domingo, en la víspera de Todos los Santos, con la tradicional ascensión a la Catedral Nueva de Salamanca para realizar una acción de gracias que, en esta ocasión, fue dedicada a los enfermos de esclerosis múltiple, Alzheimer, autismo y encefalomielitis miálgica y a los miembros de la asociación Ariadna, y en la que también mandó un mensaje de apoyo a los damnificados por el volcán de La Palma.

 

Ical.- Debido a la lluvia, ‘El Mariquelo’ llegó más pronto de lo previsto a la plaza de Anaya, esta vez sin caballo, pero acompañado de otros tamborileros. Ya sobre las 11.20 horas comenzó la subida hasta la campana grande del templo, denominada ‘María de la O’. Allí recordó aquel terremoto que casi destruye Lisboa en 1755 y que, por suerte, no dejó víctimas en Salamanca.

Tras ascender primeramente y asomarse al reloj instalado en uno de los laterales de la Torre de las Campanas, ‘El Mariquelo’ dio por culminada la ascensión a los pies de la campana ‘María de la O’, desde donde lanzó su mensaje de apoyo a los damnificados por el volcán de La Palma y las víctimas del coronavirus. Concluyó con la suelta de palomas y el toque de 35 campanadas en honor a los años de celebración de la ascensión.

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(Ical: Susana Martín)

La tradición de la subida a la Torre de las Campanas de la Catedral de Salamanca procede del 31 de octubre de 1755, cuando el seísmo registrado en las costas de Lisboa, catalogado con un 9 en la escala de Richter, provocó un temblor que se extendió por toda la comunidad castellano y leonesa. Como consecuencia, los salmantinos acudieron a refugiarse en la Catedral Nueva, finalizada apenas 22 años antes, salvándose de las posibles consecuencias del seísmo.

Desde entonces, un miembro de la familia conocida como ‘Los Mariquelos’ ascendía al punto más alto de la Torre de las Campanas cada 31 de octubre para agradecer que la Catedral Nueva se hubiese mantenido en pie y pedir que el suceso no se repitiera. Sin embargo, y con la última ascensión de Fabián Mesonero en 1977 como último miembro de la familia de ‘Los Mariquelos’, la tradición quedó en suspenso hasta que ocho años más tarde fue retomada por Ángel Rufino de Haro, quien hoy realizó su trigésimo quinta ascensión.

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