[dropcap]L[/dropcap]a margen izquierda del río Tormes, entre el puente de Enrique Esteban y el de Sánchez Fabrés, se limpió y acondicionó. Esa zona estaba convertida en escombrera y en lavadero de coches.
Se talaron los árboles enfermos, se plantó una chopera y se construyó un paseo que discurre por debajo del Puente Romano hasta la desembocadura del arroyo del Zurguén. Se colocaron bancos ecológicos y juegos infantiles. Junto al Puente Romano se edificaron un campo de futbol y zonas para el juego de calva y petanca.
Se acotó con tocones de madera el acceso al río para evitar el lavado de coches, y se habilitaron aparcamientos. El proyecto corrió a cargo de Alberto López Asenjo y costó algo más de cuatro millones y medio de pesetas.
En la margen derecha también se construyó un paseo del que he dado cuenta en otro lugar de estas memorias.