La euforia está llenado los bares de la noche salmantina, como se pudo apreciar este fin de semana, por el bullicio dentro de los locales y las tensiones desatadas en la calle, con cinco peleas y un conato bien entrada la madrugada.
Dentro de los bares hay una despreocupación muy extendida, disfrutando de la noche, bebiendo, bailando y sin parar de reír, como en la canción.
Tan relajado está el personal que dentro no ves una mascarilla puesta ni distancias de seguridad. Todo se fía a que la mayoría estén vacunados, a la fiabilidad de la vacuna y a que alguien no lleve algo dentro que se pueda desperdigar por el ambiente para que en medio de la euforia alguien se lleve puesto a casa algo que no desea.
Nadie en esas circunstancias parece pensar que seguimos en medio de la pandemia y, si se pasa por la cabeza, es como que a estas aturas ya da igual. Hay euforia, cenas de amigos, ganas de salir y sensación de que se ha perdido la percepción del riesgo, como si estuviéramos en los felices años 20 y en los no menos efervescentes inicios de siglo XXI.
Ahora solo cabe confiar en las vacunas y que nadie haya salido de casa con algo que pueda recordarnos que esto no ha terminado.
1 comentario en «Euforia en Salamanca»
A este paso no acabaremos con la pandemia, vendrán nuevas variantes en las que las vacunas no serán eficaces y vuelta a empezar. Es una grave irresponsabilidad de la gente. Y si la gente no es responsable, los gobiernos en sus distintos niveles tendrán que tomar decisiones drásticas, cuanto antes, mejor.