Pablo Sierra, un joven de 21 estudiante de Matemáticas en la Universidad de Extremadura, desapareció en la ciudad pacense el pasado 2 de diciembre. Este viernes se encontró su cadáver hundido en el Guadiana, aunque todavía quedan por conocer los resultados de la autopsia.
Este viernes, 17 de diciembre, un perro de la Policía Nacional alertó a los agentes de la presencia de un cuerpo sin vida en la ribera del Guadiana a su paso por Badajoz. Una vez recuperado por los buzos del GEO, la familia identificó el cadáver, que pertenecía a Pablo Sierra, en el Instituto Anatómico Forense de Badajoz.
Las pesquisas de la Policía apuntan a que el fallecimiento se debió a un “fatal accidente”, puesto que el joven se equivocó de camino. Sierra desapareció el pasado 2 de diciembre cuando volvía de fiesta a su residencia universitaria en Badajoz. Fuentes policiales apuntan que “esa es la línea más sólida”, y lo ha sido “en todo momento”. No obstante, y aunque el caso se encuentra bajo secreto de sumario, los agentes “no descartan nada”.
Sierra fue visto por última vez en la calle Zurbarán de Badajoz, el pasado jueves 2 de diciembre, tras salir de fiesta con unos amigos. Desde ese momento se estableció un operativo de búsqueda, especialmente centrado en la zona de El Pico, donde se encontró su móvil, con manchas de sangre. Los dos hermanos del joven fueron quienes iniciaron la búsqueda, llegando a llamar a su móvil. Fue entonces cuando respondió un guardia civil jubilado, que había encontrado el dispositivo.
Desde el primer momento, tanto la familia como los amigos del desaparecido han asegurado que era un chico responsable y no tenía problema alguno. Su familia, además, descartó desde el principio que la desaparición hubiera sido voluntaria. El día que desapareció era el último que iba a pasar en Badajoz, puesto que se volvía a casa con su hermano para pasar el puente de diciembre. El tercero de los hermanos había ido a la ciudad extremeña a recoger a sus otros dos hermanos.
