La climatización de los interiores sirve para lograr un ambiente y temperaturas óptimos. Sin embargo, unos niveles incorrectos en la temperatura o la humedad pueden suponer problemas respiratorios por la calefacción, como la tos o sequedad.
Para evitar o minimizar los riesgos de aparición de posibles problemas de salud derivados de la calefacción se deben conseguir unas condiciones adecuadas. Por ello, hay que tener cuidado con temperaturas excesivas, así como con la humedad del hogar, que pueden suponer una peor calidad. También hay que prestar atención al mantenimiento correcto del sistema de calefacción.
La temperatura es el principal factor a tener en cuenta, ya que puede ser la causa principal de los problemas respiratorios por calefacción. También puede provocar daños al organismo, como deshidratación o infecciones, empeoramiento de alergias u otras dificultades respiratorias. Por otra parte, una temperatura excesiva y la sequedad del ambiente pueden producir diferentes infecciones respiratorias como catarros o resfriados. Además, un calor excesivo puede disminuir la capacidad y el funcionamiento del sistema inmune, debido a que la humedad óptima de las vías respiratorias se ve afectada.
La humedad es la otra cuestión principal. En este sentido, unas bajas tasas de humedad pueden provocar sequedad en las vías respiratorias, que se manifiesta en forma de tos seca. Sin embargo, tan malo es un ambiente con excesivo calor y baja humedad, como otro frío y con una humedad excesiva. Por todo ello, los expertos recomiendan mantener temperaturas entre 19ºC y 22ºC, con unos niveles de humedad entre el 50% y el 70%.
Ante los problemas respiratorios por calefacción, una de las opciones es la utilización de un humidificador, que regula la humedad y evita la sequedad excesiva. También se puede optar por colocar cuencos con agua cerca de las fuentes de calor, lo que hará que se evapore poco a poco. De esta manera se evitará tanto la sequedad de la garganta como de las vías respiratorias.