Por qué cuesta volver a dormirse en la cama tras una cabezada en el sofá

Algo que pasa con frecuencia
Una mujer durmiendo (Pixabay)

A muchas personas les ha pasado alguna vez que, tras quedarse dormido en el sofá con facilidad, les cuesta volver a dormirse en la cama poco después.

Francesca Cañellas, psiquiatra de la Unidad Multidisciplinar del Sueño del Hospital Universitario Son Espases (Palma de Mallorca) explica que “el sueño no es un proceso voluntario. Sino algo que ocurre cuando se cumplen determinadas condiciones”. La primera es haber pasado un tiempo despiertos, hasta alcanzar un nivel suficiente en el que tengamos sueño. También se deben cumplir circunstancias ambientales como que sea de noche, que haya oscuridad, un nivel térmico confortable, que estemos tumbados o que nos sintamos seguros y tranquilos. “Esto obviamente no tiene que ser así siempre”, matiza la psiquiatra.

A pesar de que la cama es el lugar ideal para que se cumplas las condiciones anteriores, para las personas que han tenido problemas de sueño previos puede no ser así. “Acaban generando una asociación negativa entre meterse en la cama y dormir que termina siendo precisamente la causa, o una de las causas, de que no puedan dormir”, argumenta Cañellas. Además, si antes de dormir hemos dado una cabezada en el sofá se genera una dificultad. Puesto que hemos descargado la necesidad de volver a dormir.

Ante la facilidad que hay para dormirse en el sofá, Cañelles explica que “cuando estabas viendo esa película no estabas agobiado por no poder dormir”. También es cierto que en ese lugar se cumplen muchas de las condiciones anteriores. Sin embargo, hay una que no. “La luz en general inhibe la producción de melatonina, una hormona que interviene en el momento de conciliar el sueño. Esto es especialmente acusado con la luz azul que emiten las pantallas”, apunta la psiquiatra.

Para evitar los problemas a la hora de dormir en la cama, en primer lugar, hay que evitar dormir previamente en el sofá. Si estás viendo una película y quieres seguir viéndola “siéntate en una silla o un sitio menos cómodo hasta que termine”. También se debe crear una rutina previa en la que el dormitorio se reserve exclusivamente para dormir.

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