La principal variante de la sexta ola, la cepa ómicron, cuenta con algunas diferencias en cuanto a sintomatología respecto a las variantes anteriores. Un estudio publicado en Eurosurveillance ha determinado la duración de los síntomas que se producen tras un contagio con ómicron.
Ómicron se ha convertido en la variante más común del coronavirus en parte gracias a su menor periodo de incubación. Frente a las cepas anteriores, que contaban con una incubación de entre cinco y seis días, la de ómicron se ha establecido entre los tres o cuatro. La otra gran diferencia, además de producir infecciones menos graves en personas vacunadas, es la desaparición de pérdida de olfato y gusto. Por lo demás, el resto de síntomas son muy similares a los que producen las demás cepas.
Un estudio noruego, publicado en Eurosurveillance, ha analizado los datos de un brote en el que más de 80 personas se contagiaron con la nueva cepa. Tras los análisis, se ha determinado que los síntomas más corrientes cuentan con una duración de entre cinco y dos días de media. En este estudio también se analizó la virulencia de ómicron, comprobando de nuevo que presenta una alta transmisibilidad y una sintomatología leve.
La Organización Mundial de la Salud ha establecido los síntomas del coronavirus. Hasta la fecha los más comunes son fiebre, tos, cansancio y pérdida de olfato y gusto. En cuanto a los menos habituales son el dolor de garganta y/o cabeza, diarrea, malestar general, ojos rojos o irritados y erupción cutánea o pérdida del color de los dedos. Por último, la OMS ha catalogado como síntomas graves la dificultad para respirar o disnea, el dolor en el pecho y la pérdida de movilidad o del habla o sensación de confusión.
