El nuevo sistema para cobrar el recibo de la luz aprobado este viernes por el Gobierno entrará en vigor en un plazo máximo de tres meses, el tiempo que necesitan las eléctricas para adaptarse.
Hasta ahora, la tarifa se fijaba en función de las subastas trimestrales y a partir de ahora el coste se determinará según el precio de la energía en el mercado mayorista. Los clientes que tengan instalado el contador inteligente, por su parte, pagarán según las variaciones del precio del kilowatio en cada hora (hay momentos del día en que es cero).
Esto, según el ministro de Industria, José Manuel Soria, permitirá abaratar la factura que pagan los ciudadanos y empresas.
Al ajustar la tarifa al coste real de la energía se supone que el recibo será más barato. De entrada, las eléctricas tendrán devolver unos 300 millones de euros cobrados de m-as durante el primer trimestre a más de 16 millones de hogares y pequeñas empresas, los clientes que tienen contratados menos de 10 kilowatios de potencia.
Como el nuevo sistema da una prórroga de tres meses a las eléctricas para adaptarse al nuevo marco (se da por hecho que agotarán el plazo hasta el 1 de julio), las compañías cobrarán otros 200 millones de más a sus clientes, por lo que deberán devolverlos según lo que corresponda (habrá usuarios que no sólo recibirán lo que han pagado de más, sino que deberán abonar lo que han pagado de menos, que los habrá).