Uno de los pasos fundamentales a la hora de hacer torrijas es preparar el almíbar con el que posteriormente se cala el pan. No obstante, a pesar de no ser complicado, tiene su ciencia.
Uno de los postres típicos de Semana Santa son las torrijas. Su elaboración es muy simple y sólo se necesita pan, huevos, leche, canela y miel/azúcar. Una vez con los ingredientes, simplemente hay que calar el pan con leche, rebozarlo en huevo, freírlo y espolvorearlo con azúcar o miel y canela.
A pesar de la simpleza de la receta, todo tiene su técnica para que las torrijas queden perfectas. En este sentido, a la hora de preparar el almíbar es fundamental acertar con el tiempo de cocción. Para elaborarlo se necesita medio litro de agua, 4 o 5 cucharadas de azúcar y una rama de canela.
En un cazo se deben añadir el agua, el azúcar y la canela. Una vez que empiece a hervir hay que bajar el fuego al mínimo y dejarlo infusionar, después hay que retirar la canela y dejarlo enfriar. La mezcla debe estar al fuego entre 10 y 15 minutos, dependiendo de lo concentrado que queramos que quede. Por último, una vez templado, hay que ir echándolo por encima de las torrijas, dejando que se impregnen bien.