Hace poco más de un año, se reurbanizó esta plaza entre las calles Velázquez y Toledo, se instaló una fuente que cada dos por tres está sucia y abandonada.
Se denunció su lamentable estado, donde los alcorques son un desastre ya que no han dejado el mínimo espacio a los árboles, en realidad no existen pues los troncos salen directamente entre el pavimento.
El jardín vertical de bambú se secó el pasado año y asís sigue.
La obra fue pagada por la Junta de Castilla y León, 43.000 euros, con la Agenda 2030 como telón de fondo, cuyo fin es lograr un “desarrollo sostenible y promover la igualdad entre las personas”.