Es lo que viene siendo hacer un ‘simpa’ e irse volando.
Eso mismo es lo que hizo un pájaro al entrar en uno de los establecimientos de la capital a coger un trocito de pan que había en el suelo.
Lo ‘amarró’ bien con el pico y se marchó de allí volando. Sin dar las gracias y sin preguntar que se debía por el aperitivo.