«Tenía la boca seca»

Agricultores y vecinos de Tenebrón estuvieron solos frente al incendio forestal de la Sierra de Francia que pasó a un kilómetro del casco urbano
Los vecinos de Tenebrón temieron que el fuego de la Sierra de Francia entrara en el casco urbano.

«Tenía la boca seca. Por la noche, se ven las llamas temerosas». Así, en dos frases resume un vecino de Tenebrón con que temor y angustia vivió la madrugada del sábado 16 de julio el incendio forestal que devoraba la Sierra de Francia y los términos municipales de Morasverdes, Guadapero, Monsagro, Maíllo y el propio Tenebrón. Él y todos los tenebroneses que veían  desde la carretera como el fuego se acercaban a su pueblo.

Las llamas no entraron en el casco urbano, pero estuvieron muy cerca, a poco más de un kilómetro. Fueron los propios agricultores y vecinos que ‘armados’ con tractores, motosierras y mucho valor los que hicieron un cortafuegos en una zona conocida como Los Brezales y, con la ayuda del viento que viró, consiguieron salvar la zona habitada de municipio.

Una parcela de Tenebrón quemada ubicada a poco más de un km del casco urbano.

Estuvieron solos, nadie se acercó a indicarles o ayudarles. Se quejan de que todos los medios estaban en la zona de Las Batuecas. «Si hubiéramos esperado a que nos llegara la ayuda, nos quemamos. Ardía por todos los lados. Teníamos el fuego a la puerta del pueblo».

Esta catástrofe ocurrió la madrugada del sábado 16 de julio, pero ellos ya miraban la sierra desde el jueves, cuando vieron que había focos de humo en su lado.  Ni los más viejos del lugar recuerdan un siniestro de estas características. «En la vida habíamos visto fuego en esta parte de la sierra. Además, la velocidad con la que se desplazaban las llamas, era temerosa. Fue bajando y cuando nos levantamos el viernes ya lo teníamos enfrente, en la sierra de Guadapero», explican.

El fuego visto desde Tenebrón, nunca los vecinos vieron arder esta ladera.

Tenebrón estuvo en preaviso para ser evacuado. Tocaron las campanas y muchos vecinos decidieron que era mejor dejar el pueblo. Se quedaron ganaderos, agricultores y vecinos que regaron caminos y naves con las cubas de los tractores; hicieron cortafuegos con los arados; cortaron árboles,… «corrían más las llamas que los tractores», explican.

El resplandor de las llamas vistas desde una calle de Tenebrón.

Ya con el alba, con la sensación de haber contenido el fuego y, por lo tanto, salvado el casco urbano, estaban exhaustos, agotados y oliendo a humo.

Son los héroes, no anónimos, porque los vecinos saben quién dio el tajo por ellos y también saben que no tuvieron ayuda externa oficial, porque hasta Tenebrón se acercaron personas de Villar de Ciervo, Sancti Spíritus, Los Santos, Burgos, Cabrillas o Ciudad Rodrigo, entre otras localidades.

 

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