Meterse el dedo en la nariz es un hábito que, ya sea en público o en privado, todo el mundo ha hecho alguna vez en su vida. Sin embargo, se trata de un mal hábito ya que puede suponer varios riesgos para la salud.
Los científicos Mark Patrick Taylor, Gabriel Filippelli y Michael Gillings han publicado un artículo en ‘The Conversation’ abordando esta cuestión. Si bien es cierto que es un hábito muy natural, otros primates también lo hacen, no es nada recomendable debido a los problemas que puede acarrear. Estos expertos indican que la práctica de hurgarse en la nariz es “una forma estupenda de introducir más gérmenes en nuestro cuerpo”.
La mucosidad de la nariz crea durante los ciclos respiratorios un filtro biológico cuya función es capturar impurezas (polvo, virus, bacterias, etc.) para que no entren en las vías respiratorias. De esta manera, supone la primera línea de la defensa inmunitaria contra las infecciones.
Por otro lado, el estafilococo dorado (Staphylococcus aureus) es un germen que, según varios estudios, se encuentra en la nariz. De esta manera, meterse el dedo en la nariz puede ser un vehículo de transmisión de dicho germen.
Asimismo, esa mala práctica puede provocar una mayor transmisión de diversas infecciones, esparciéndolos con el dedo ‘mocoso’ por las superficies que se tocan. Respecto a los riesgos para la propia persona, es una forma de introducir al propio organismo los patógenos del exterior. También puede provocar heridas y abrasiones en las fosas nasales, facilitando que los patógenos accedan más fácilmente al organismo.