La Asociación de Empresarios Salmantinos de Comercio (Aesco), contempla “con estupor” el plan energético aprobado el lunes por el Gobierno y muestra su “rotunda disconformidad” con el nuevo paquete de medidas adoptadas, entre las que destaca que la temperatura del aire acondicionado en verano no podrá ser de menos de 27 grados en los comercios, mientras que la calefacción no podrá superar los 19 grados.
“Siendo conscientes de que ahorrar energía es prioritario y una tarea de todos, y de que reducir la factura energética es primordial en los tiempos actuales, Aesco sostiene que esta obligatoriedad del Ejecutivo nacional a los establecimientos comerciales de regular los termostatos de esta manera para ahorrar energía es una decisión contraproducente e improvisada, puesto que no se ha tenido en cuenta para fijar estas temperaturas, tanto en invierno como en el periodo estival, ni el territorio ni las circunstancias de cada establecimiento, lo que puede perjudicar seriamente la afluencia de clientes en el mismo durante el año”, indica la organización empresarial.
Otras medidas contempladas en el Plan como obligar a los locales comerciales a dotarse de sistemas de cerrado automático de puertas cuando esté encendido el aire o la calefacción antes del 30 de septiembre de este año, que éstos instalen termómetros que informen de la temperatura del espacio o que expliquen las acciones que van a tomar al respecto en carteles informativos “no son más que despropósitos del Gobierno, que ponen una vez más la soga al cuello a los comerciantes. Todas estas medidas requieren de inversiones por parte del comerciante, que con la delicada coyuntura económica actual son inasumibles, y más en un contexto en el que el consumo no ha conseguido recuperarse”, recalca el presidente de Aesco, Benjamín Crespo.
Por otro lado, considera “un disparate” que se obligue a los comercios a apagar las luces de los escaparates a las diez la noche, “cuando éstas son un reclamo de atención para los viandantes y dan seguridad a las calles. Es importantísima la iluminación en los escaparates porque son el primer punto de contacto visual que tiene un comercio y que nos ayuda a atraer a clientes a nuestro punto de venta. Y, además, y fundamental, las calles en las que no hay comercios o éstos no están iluminados producen inseguridad y sensación de vacío en el entorno”.
Por tanto, Aesco “lamenta la improvisación del Gobierno al respecto y, ante esta situación inaceptable, pide un ‘Plan B’ en materia energética con medidas sensatas para los comercios y efectivas para lograr realmente la eficiencia y el ahorro energético”.
Ante el objetivo común de ahorrar energía, apela, “por supuesto, a racionalizar los horarios de encendido y apagado de las instalaciones de climatización, ventilación, agua caliente, iluminación o del equipamiento ofimático en los comercios, pero insiste en que las actuales medidas que se han fijado para mejorar la eficiencia energética son contraproducentes, y mellan los bolsillos de los comerciantes que atraviesan una situación tremendamente complicada. El comercio siempre ha demostrado madurez y responsabilidad social, como ha quedado reflejado durante la pandemia, y siempre está dispuesto a colaborar, pero no queremos ser siempre los mismos los que paguemos los platos rotos, mientras se despilfarra en otros ámbitos”, señala Crespo.