[dropcap]A[/dropcap]l día siguiente de la toma de posesión de la Corporación, el 20 de abril de 1979, se nos plantearon varios problemas en el patrimonio artístico de la ciudad. La Corporación anterior había dado permiso de derribo para la Casa de la Concordia y su dueño procedió a ejecutar la orden conforme a ley. La Comisión Técnico Artística del Ayuntamiento no apreció valor alguno en la casa, y ninguno de los técnicos presentes objetó inconveniente alguno ni creyó debía conservarse este precioso Palacio de los Paz.
Informado personalmente por varios ciudadanos de a pie de que estaban empleando la piqueta y destruyendo parte de la historia de la ciudad me dirigí como una flecha a paralizar el desaguisado.
Llegué demasiado tarde, la pala excavadora había destruido el palacio y estaba haciendo lo mismo con el muro de la muralla romana. La dentellada realizada en la cerca se puede observar cuando se transita desde la Cueva de Salamanca hasta la Torre del Marqués de Villena. Un arco de hormigón deja constancia del dislate.
Aunque la paralización fue ilegal, aquel suceso nos puso en guardia para evitar destrucciones en el patrimonio de la ciudad. Algunos constructores, conocedores de nuestras intenciones, procedieron de forma cautelosa al derribo de sus propiedades, situación más difícil de detectar.
Dejaban los grifos dados por la noche, quitaban las tejas para que la lluvia y las inclemencias del tiempo actuaran degradando los edificios con más rapidez, o dejaban que los okupas entraran en la vivienda.