Un estudio realizado por científicos catalanes ha determinado que las mujeres que sufren lesiones mamarias benignas tienen el doble de riesgo de padecer cáncer de pecho. Además, dicho riesgo persiste durante al menos las siguientes dos décadas.
La investigación se ha presentado en el Congreso Europeo de Cáncer de Mama, que se celebra en Barcelona. Su principal conclusión ha sido la interrelación entre las lesiones mamarias benignas, como los quistes o fibro-adenomas, y un mayor riesgo de desarrollo de cáncer de pecho. Así, las mujeres que sufren dichas patologías presentan, durante al menos las dos décadas posteriores, prácticamente el doble de riesgo de desarrollar cáncer de mama.
Marta Román, autora principal del estudio, ha señalado que este hallazgo puede ayudar a individualizar la prevención en pacientes de riesgo. “Tal vez, para estas mujeres, si tienen antecedentes familiares con cáncer de mama o una mama densa, ofrecerles, en vez de una mamografía cada dos años, pues tal vez una mamografía al año”.
Por su parte, la portavoz del citado congreso, Isabel Rubio, también ha insistido en los cribados de mama personalizados. “Hay mujeres con muy alto riesgo de cáncer de hasta el 80% por una mutación de un gen y a este grupo de mujeres hay que hacerles pruebas radiológicas frecuentes para detectar de forma precoz. Pero para el resto, en función de si son de riesgo bajo o medio, a lo mejor no todas necesitan una mamografía cada dos años. Igual unas cada año y otras cada tres”.
Durante la investigación se han estudiado los casos de más de 700.000 mujeres. En este sentido, de cada 1.000 diagnosticadas con cáncer de mama, 25 habían tenido alguna lesión mamaria benigna anteriormente. En cuanto a las que no habían tenido dichas lesiones, la relación disminuye hasta 15 de cada 1.000.