La Comisión de Desembalse de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) aprobó hoy la propuesta de llenado de los embalses de la cuenca para el año hidrológico 2022-2023, tras un inicio del curso con los valores de reservas más bajos de los últimos cinco años debido al “déficit de aportaciones” por la falta de lluvias durante el verano.
Y es que, según informó la CHD en un comunicado remitido a Ical, en estos momentos los embalses gestionados por el organismo de cuenca almacenan un total de 1.010,6 hectómetros cúbicos, lo que representa el 35,2 por ciento de su capacidad total, cuatro puntos porcentuales menos respecto al año anterior y ocho por debajo de la media de la década.
Por eso, durante su reunión, la Comisión de Desembalse ha analizado el desarrollo del año hidrológico 2021-2022, marcado por una reducción de aportaciones que ha supuesto unas entradas a los embalses “muy inferiores a lo habitual”. En concreto, se ha recibido un 39 por ciento menos de agua sobre la media de los últimos 25 años a nivel global.
Por sistemas, fue el Águeda el que registró el menor valor, con un 79 por ciento menos, seguido del Tuerto (con un 62 por ciento menos), situándose todos los sistemas por debajo de los valores habituales. De este modo, el desarrollo de la campaña de riego ha estado marcado por unas circunstancias climatológicas extremas, con largos períodos de temperatura récord y sin precipitaciones. No obstante, y a pesar de esto y de la complicada situación, desde la CHD se recuerda que “en la mayoría de los sistemas se ha podido disponer de garantía de recurso”.
Así, y “gracias al trabajo coordinado entre los usuarios del agua y la CHD”, en todos los sistemas de explotación cuyos embalses gestiona el organismo,
las reservas a 30 de septiembre “han cumplido con los valores mínimos marcados por la Comisión de Desembalse del mes de abril”, concluyó la CHD.
Nuevo año hidrológico
Iniciado ya el nuevo año hidrológico, las precipitaciones registradas en las últimas semanas han provocado un cambio de tendencia en sistemas como el Tera, Órbigo, Esla, Porma y Carrión. Asimismo, en los sistemas Águeda y Tormes, los cauces han experimentado un gran crecimiento, y los embalses han conseguido incrementar su volumen de reservas de forma importante.
Por el contrario, en la zona oriental de la cuenca, donde las precipitaciones no han llegado con la misma abundancia, las cabeceras de los ríos siguen en una situación de escasez acuciante. Serán necesarias, por tanto, importantes precipitaciones para iniciar una senda “constante” de crecimiento de las reservas durante el resto del otoño y el invierno.
Por ello, y según apunta la CHD, “la permanencia de las precipitaciones en otoño e invierno, junto a la nieve, la mejor reserva de agua de la que se pueda disponer, definirán el desarrollo de la campaña de riego de 2023”.