Durante los últimos meses empresas farmacéuticas de primer nivel han manifestado su decisión apostar por Salamanca para establecer sus nuevas bases. Así lo anunció Novartis el pasado mes de octubre, con la construcción de una planta de la compañía en Castellanos de Moriscos que prevé estar operativa en dos años y que traerá una inversión de 12,9 millones de euros en la provincia.
Alba Familiar / ICAL
En la misma línea, la empresa de fabricación de fármacos de uso veterinario Merck Sharp & Dohme Animal Health SL (MSD) también reveló sus planes en abril de comenzar con la construcción de una planta de vacunas en la localidad de Moríñigo, que supondría las segundas instalaciones de la compañía en la provincia, y que estima generar casi medio centenar de empleos directos y unos 140 indirectos en la comarca de Las Villas.
Neurofix Pharma es otra de las compañías biomédicas que decidió asentarse en Salamanca para desarrollar su investigación. Establecida en el Parque Científico de la Usal, está desarrollando un “fármaco innovador” para reducir el dolor en los pacientes con lesiones medulares y mejorar su calidad de vida, y que prevén que esté disponible en el mercado en un periodo estimado de dos a tres años.
Que las empresas farmacéuticas apuesten por la provincia de Salamanca no es casualidad. Según los últimos datos de la Consejería de Economía y Hacienda de la Junta de Castilla y León, en el último ejercicio registrado, correspondiente al periodo de tiempo comprendido entre 2014 y 2020, recibieron un total de nueve solicitudes de proyectos de empresas con un perfil relacionado con esta actividad.
“Salamanca ya tiene un hueco en el sector”, afirma el catedrático del Área de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial y recién incorporado al patronato de la Fundación AstraZeneca, Juan Manuel Corchado. En declaraciones a la Agencia Ical, incidió en la relevancia que han tomado en la provincia instalaciones como el Parque Científico de la Universidad, o la propuesta de desarrollar una bioincubadora ligada al sector farmacéutico. “Junto con todo lo que representa al Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL) y los centros de biotecnología ligado a la salud, nos han convertido en un polo de referencia muy atractivo”, concretaba. Asimismo, consideró a Castilla y León como una “gran potencia” dentro del sector, que también cuenta con León como un punto “especialmente importante”.
Localización estratégica
Entre las ventajas con las que cuenta Salamanca para el asentamiento de este tipo de empresas se encuentra la localización. Así lo explica el director general de AAA, la división de Novartis que se dedica a la medicina nuclear y que es responsable de la planta que se construirá en Castellanos de Moriscos, Marcio Rodrigues. “Hemos decidido apostar por Salamanca porque geográficamente está ubicada muy bien, y pensamos en cómo utilizar esa nueva fábrica para exportación y mercado local”, señala. Situada en el centro de la Ruta de la Plata, y a poco más de dos horas de Madrid, su localización fue uno de los puntos clave para distribuir los productos de Novartis que cuentan con una vida media “muy corta”, de aproximadamente 10 horas.
Con él coincide el CEO de Neurofix, Miguel Ángel Ávila, quien reconoce a Ical que el sector está comenzando a ser pujante en la zona, en la que cada vez se sienten “más arropados y cómodos” y en donde se está tejiendo un “ecosistema de interrelaciones bastante importante”. “Elegimos Salamanca por la Universidad, el Parque Científico, su cercanía a Madrid y porque la forma de trabajar es muy honesta, sincera y tranquila, y genera estabilidad y confianza”, explica el CEO que cree que si, las empresas aprovechan todo el potencial de Salamanca, puede llegar a ser “un polo bastante potente”.
“Cuando haces una inversión en este perfil, empieza a abrir el ojo de otras empresas”, confiesa Rodrígues, y añade que “puede tener un impacto al entorno muy importante donde colaborar en el sector público privado”. Además, afirma que la llegada de la multinacional traerá innovación a la región, y ayudará a prevenir la despoblación en la provincia con la oferta de empleos “con un contenido avanzado”, donde crearán puestos de trabajo para perfiles radiofarmacéuticos, físicos, ingenieros o bioquímicos.
En relación al sistema de innovación de Salamanca, el director general de AAA de Novartis apuntó que su idea no recae solo en tener una fábrica de producción, sino también de radiofarmacia para poder activar algunos estudios de fase clínica “muy tempranas”. Con ello, pretenden utilizar el IBSAL y a la Usal, además del Hospital, “uno de los más avanzados en hematología y oncología”.
Ecosistema de interacciones
Tanto Neurofix como Novartis consideraron al IBSAL como un punto importante a la hora de establecerse en la provincia. “Somos muy interesantes para las empresas farmacéuticas, ya que aquí pueden hacer desarrollos cuando no dan abasto en sus instalaciones o no pueden desarrollar porque no tienen algunos recursos”, admite el coordinador e investigación del área de innovación del IBSAL, Francisco López Hernández. Además, explica que desde el instituto cubren casi todas las especialidades médicas y llevan a cabo una investigación en la que tienen en cuenta todos los eslabones de la cadena.
Para llevar a cabo esta relación con las empresas, y hacer de Salamanca y Castilla y León un ‘hub’ dentro del sector, López Hernández considera que “son necesarias ciertas masas críticas, porque si no somos un cúmulo de individualidades”. “Y faltan recursos económicos y legislación que permita interactuar de una forma mucho más efectiva a los entes públicos con las empresas, porque ahora mismo la legislación tiene su razón de ser, pero si queremos avanzar en el sentido de la sociedad del conocimiento hay que permitir una relación mucho más efectiva entre empresas e instituciones”, detalla contundente.
Aunque reconoce que Salamanca ya tiene unas bases para desarrollarse como polo farmacéutico, desde el IBSAL solo ha habido “colaboraciones puntuales para proyectos concretos, científicos o de divulgación, la clave está en establecer un ecosistema en el que las instituciones públicas y las empresas interaccionen de forma fluida”. Un método que el científico asemeja al llevado a cabo en Silicon Valley o en las grandes universidades americanas. Algo que será labor de una generación, pero para lo que es fundamental crear una “masa crítica” y atraer empresas e investigadores, lo que requiere de una gran inversión. “Para que esto sea efectivo la sociedad tiene que percibirlo como útil, porque es quien pone los recursos. Por eso es tan importante crear cultura científica”, matiza.
“La colaboración público privada es un eje estratégico para el crecimiento de la parte científica”, afirma Marcio Rodrigues. “Creo que nuestra fábrica puede ayudar mucho a atraer talentos, y apoya la investigación básica en fases tempranas”, señala el director de este proyecto referente en medicina nuclear a nivel mundial.
Apostando también por el apoyo y la cooperación entre las empresas, Miguel Ángel Ávila considera que las farmacéuticas se encuentran “en una revolución similar a la informática hace 15 años”. Asimismo, el CEO cree que es fundamental que las instituciones proyecten el foco en Salamanca, y apuesten por “liderar este polo y dotar de los recursos del enfoque para que lo sea, y estar en los foros del sector biotec abanderados sin complejos. Lo necesitamos para salir del cascarón”. Y, como recalca Francisco López Hernández: “Salamanca ahora tiene el momento”.