Iberdrola cerró el ejercicio bursátil con una capitalización en el entorno de los 70.000 millones de euros, tras lograr una subida de sus acciones del 6 por ciento durante 2022, colocándose como la mayor energética de Europa y la cuarta del mundo.
La eléctrica recibió el favor del mercado después de anunciar el pasado 9 de noviembre una inversión de 47.000 millones de euros hasta 2025 y un dividendo creciente, con el objetivo de que al final de este periodo se sitúe entre los 0,55 y los 0,58 euros por título.
Por su parte, el beneficio neto, que alcanzará este año el rango estimado de 4.000 a 4.200 millones de euros, se colocará entre los 5.000 y los 5.200 millones en 2025. De hecho, la presentación del plan estratégico ha sido uno de los motores de la compañía en Bolsa. Así, acumula una revalorización desde entonces de más de un 10 por ciento.
La acción marcó su máximo anual, sin descontar dividendos, el pasado 25 de mayo a 11,415 euros por acción, después de que el 8 de enero de 2021 marcara su récord histórico de 12,505 euros. Los dividendos que ha pagado en 2022 suponen una rentabilidad adicional del 4 por ciento, que superará el 5 por ciento en 2025, según su hoja de ruta hasta dicho año.
