La calefacción supone una de las principales fuentes de consumo energético de los hogares. Por ello, hacer un uso eficiente de ella se convierte en fundamental, especialmente en un contexto como el actual. Una de las dudas que surgen entre muchos consiste en qué método es más efectivo y eficiente: apagarla o dejarla al mínimo.
En primer lugar, el Instituto para la diversificación y el ahorro de energía (Idea) recomienda “ajustar el encendido de la calefacción al horario real de ocupación de las viviendas”. Además, consideran «mucho más eficiente» apagarla durante la noche, ya que “con 15-17 grados es suficiente para dormir confortablemente”.
También recalcan que “por cada grado en que se incrementa la temperatura de un edificio o vivienda, el consumo energético aumenta en un 7%, al igual que el gasto en calefacción y las emisiones de CO2”.
Por lo tanto, la mayoría de expertos recomiendan mantener la temperatura entre 20 y 21 grados cuando se está en casa, así como apagarla cuando se esté fuera. No obstante, cuando se va a salir “un momento puntual”, como “media hora o algo más, para ir a comprar algo, por ejemplo, no merece la pena apagar la calefacción, pues en este caso el volver a encenderla sí consumiría más que el ahorro por haberla apagado un rato”, aclaran desde Gana Energía a 20minutos.
“Una vez la desconectamos, la casa no pasa inmediatamente a estar fría, sino que mantiene siempre un tiempo de calor. Ese tiempo se desaprovecharía si no hay nadie en casa, por lo que apagarla una media hora previa a salir de nuestra vivienda podría llevarnos a ahorrar un dinero”, explican.
