El microbioma humano desempeña un papel fundamental para algunos sistemas del cuerpo somo el inmunológico o el digestivo. Ahora, una investigación ha analizado cómo afectan a la composición de estos microorganismos las interacciones sociales, y ha determinado que, cuanto más tiempo pasan juntas las personas, más bacterias comparten.
Un estudio internacional, liderado por la Universidad de Trento (Italia) y con participación española del Csic, ha investigado la adquisición de bacterias que contribuyen a la salud humana. Además, ha determinado que algunos de los microorganismos que conforman el microbioma humano se transmiten de unas personas a otras mediante la interacción social.
De esta manera, las personas con que se tiene un contacto estrecho suponen una fuente importante de las bacterias que contribuyen a la salud humana. El microbioma humano lo conforman aquellos microorganismos, así como sus elementos genéticos y las interacciones que establecen con el entorno.
La investigación, liderada por Nicola Segata, ha estudiado la transmisión de bacterias entre generaciones (transmisión vertical) y entre personas que tienen contacto estrecho (horizontal). Para esto han analizado más de 9.000 muestras de heces y saliva procedentes de personas de 20 países de todos los continentes. Tras ello, han determinado que la primera transmisión del microbioma tiene lugar al nacer. Después, las interacciones sociales constituyen otra fuente de adquisición de bacterias.
“Hemos encontrado evidencia de un amplio intercambio del microbioma intestinal y oral relacionado con el tipo de relación y estilo de vida. Los resultados sugieren que las interacciones sociales dan forma a la composición de nuestros microbiomas. También hemos encontrado que ciertas bacterias se transmiten con mucha más frecuencia que otras”, ha señalado Mireia Valles-Colomer, primera autora del trabajo.
Por su parte, Segata añade que “la transmisión del microbioma tiene implicaciones importantes para nuestra salud, ya que algunas enfermedades no transmisibles están parcialmente relacionadas con alteraciones en el microbioma”. “La demostración de que el microbioma humano es transmisible podría sugerir que algunas de estas enfermedades consideradas no transmisibles podrían, al menos hasta cierto punto, ser transmisibles”, concluye.