El año 2023 podría convertirse en el más caluroso de la historia debido especialmente a la posible llegada de un nuevo episodio de El Niño. Así, la temperatura de la Tierra podría alcanzar este verano el umbral crítico de 1,5°C por encima del nivel preindustrial.
Se conoce como La Niña y El Niño a dos fenómenos que modulan la temperatura y el clima de la Tierra desde el océano Pacífico. Mientras que La Niña produce un enfriamiento de esas aguas, que afecta a todo el planeta, El Niño hace lo contrario, calentarlas. Estos fenómenos se van produciendo de forma cíclica con períodos de entre 2 y 7 años, intercalando etapas de condiciones neutras.
En los últimos tres años La Niña ha estado enfriando el planeta. Sin embargo, está experimentando un claro debilitamiento y cada vez hay más posibilidades de que El Niño vuelva a cobrar fuerza, especialmente a partir del verano del presente año, que sería de transición.
Los expertos que vigilan el ciclo natural de El Niño-Oscilación del Sur (Enos) sitúan en el 80% la probabilidad de que entre febrero y abril de 2023 las condiciones sean neutrales. Sin embargo, a partir del verano pronostican la vuelta de El Niño con una probabilidad superior al 50%.
En caso de producirse, los meteorólogos han advertido sobre la posibilidad de que la temperatura global supere los 1,5°C por encima del periodo preindustrial, el límite establecido en el Acuerdo de París como umbral crítico. Si bien, “lo importante de ese acuerdo es que abogaba por estabilizar la temperatura en los 1,5°C antes de 2030”, explica el meteorólogo José Miguel Viñas.
Por otro lado, los científicos también señalan que durante estos años, un período en que el frío debería haber predominado, lo que más ha destacado ha sido el calor. Por ejemplo, en 2022 la temperatura media fue 1,2°C superior a la del período preindustrial. “Si no hubiera habido La Niña, probablemente estaríamos hablando de un incremento de temperaturas globales que ya superaría los 1,4°C”, aclara Viñas.
Finalmente, de producirse, la llegada de El Niño supondría mayores temperaturas y olas de calor que en los últimos años. De esta manera, aunque “todo son predicciones”, el planeta podría enfrentarse a temperaturas sin precedentes este mismo año.