Castilla y León incorpora su primer exoesqueleto al clínico de Valladolid

El objetivo es extender esta tecnología a todo el arco hospitalario de la comunidad
El objetivo es extender esta tecnología a todo el arco hospitalario de la comunidad.

El hospital clínico Universitario de Valladolid cuenta desde este miércoles con el exoesqueleto pediátrico ATLAS 2030, el primero de estas características destinado a unos 345 menores con daño cerebral y patología neuromuscular de la Comunidad. Esta tecnología, que ha supuesto una inversión de 194.000 euros, consigue que vuelvan a caminar y ponerse de pie, con los beneficios clínicos que conlleva, y le devuelve la “sonrisa” a sus caras.

En un acto marcado por la “emoción”, el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, acompañado por el consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, presentó este exoesqueleto de la empresa Marsi-Bionics, una ‘spin-off’ del Centro de Automática y Robótica, vinculado al CSIC a partir de una investigación liderada por la ingeniera vallisoletana Elena García Armada.

En ese sentido, Fernández Mañueco sostuvo que el objetivo es extender esta tecnología a todo el “arco hospitalario” de Castilla y León, dentro de un “proceso complejo”, que recordó requiere la fabricación de estos dispositivos, que llega por primera vez a la Comunidad, tras un proyecto de “varios años”, así como la formación del personal sanitario del ámbito de la Rehabilitación del Hospital Clínico de Valladolid. Además, indicó que se realiza un estudio a cada niño para adaptar el aparato a sus necesidades debido a su versatilidad.

Lola es la niña que ha probado este miércoles el exoesqueleto en presencia de sus padres, Andrés Gutiérrez y Paula Aller, así como de los profesionales de la Unidad de Rehabilitación del Clínico, de la diseñadora Elena García Armada y de las autoridades de la Comunidad, entre ellas, Fernández Mañueco quien aseguró que había sido uno de los actos “más gratificantes” de su etapa como presidente de la Junta estos cuatro años. “Nos vamos con la satisfacción del deber cumplido”, dijo.

El presidente de la Comunidad subrayó la “emoción” de los padres de la niña, pero también de los profesionales sanitarios y los que han participado en este proyecto, así como la “sonrisa” y “alegría” de la menor, que les transmitía con “vergüenza”. Remarcó que esta tecnología, como la digitalización de las aulas, la teleasistencia avanzada para mayores o los novedosos aparatos quirúrgicos, va a cambiar la vida de “decenas y decenas” de niños, tanto de Castilla y León, como de España y el mundo a medida que se extienda su uso.

Volver a caminar

Este exoesqueleto. destinado a niños con parálisis cerebral, atrofia muscular espinal o daño cerebral adquirido, permite realizar la marcha en pacientes que no tienen esta capacidad, dispone de ocho motores sensorizados que aportan movilidad a los niños de entre un metro y 1,3 de estatura, que han perdido la capacidad de caminar debido a la debilidad o espasticidad muscular provocadas por lesiones cerebrales o medulares, u otras enfermedades neurológicas.

El modelo adquirido por Sacyl es un exoesqueleto de marcha que sustenta al niño desde el tronco hasta los pies. Entre sus ventajas se encuentra que no requiere control torácico y se le puede añadir un sistema de sujeción de cabeza, y que está compuesto por ocho articulaciones activas que aportan movilidad total en todas las direcciones. Además, las dimensiones del dispositivo son fácilmente ajustables al crecimiento del niño, y se coloca fácilmente en unos minutos.

El objetivo es extender esta tecnología a todo el arco hospitalario de la comunidad.

Va acompañado de un marco auxiliar que se puede acoplar al exoesqueleto para garantizar la seguridad del paciente y aportar al niño la sensación de caminar por sí mismo, así como facilitar al terapeuta la posibilidad de interactuar con el paciente cara a cara, sin necesidad de mantenerse detrás sujetándolo. El exoesqueleto interpreta la intención de movimiento del paciente de forma no invasiva y responde a esta intención en cada paso.

Fuentes de la Junta indicaron que la patología neurológica compleja en población pediátrica incluye trastornos como la parálisis cerebral, que es la causa más común de discapacidad motora crónica en la infancia y que supone que entre dos y 2,5 de cada 1.000 nacidos en España tiene esta enfermedad.

Beneficios

La implantación de este exoesqueleto pediátrico arrancó antes de la pandemia del Covid y se ha hecho realidad gracias al trabajo de los profesionales del Clínico, que además de atender a pacientes, dedican parte de su tiempo a la innovación y a perfeccionar la asistencia, según destacó el director gerente del Clínico, José Antonio Arranz.

La responsable de la Unidad de Rehabilitación Infantil, la doctora María Martín Hernández, destacó el cambio que supone esta tecnología para la terapia de marcha, ya que -dijo- abre un “abanico” de posibilidades asistenciales. Recordó que poder caminar aporta beneficios fisiológicos, funcionales, psicológicos y emocionales, mejorando la capacidad de estos niños para vivir una vida plena, facilitando y potenciando el trabajo de los terapeutas, y aumentando el bienestar de familiares y cuidadores.

En definitiva, remarcó que mejora la calidad de vida de los niños, pero también de sus familias, mediante la motivación, lo que eleva la adherencia al tratamiento. De todo, destacó la “cara de felicidad” de los pacientes y sus familiares. En esta idea coincidieron los padres de Lola, que agradecieron la llegada de este dispositivo que hace que “toda sea más fácil” en su lucha contra el daño cerebral que padece su hija.

La investigadora que lo ha diseñado Elena García Armada expresó su “emoción” porque el Hospital donde nació haya sido el primero de la Comunidad en contar con el exoesqueleto y remarcó que ejemplifica el proceso de transferencia de tecnología desde el CSIC a la sociedad, a través de la sanidad pública de Castilla y León. También destacó el impacto que tendrá sobre la vida de los niños y sus familias, así como sus beneficios clínicos y emocionales.

Los diferentes estudios realizados hasta el momento, según la Junta, indican que el uso de esta tecnología española refleja un aumento de la fuerza muscular en miembros inferiores, mejora del rango articular en articulaciones de cadera y rodilla, mejora de la función respiratoria, indicios de reducción de contracturas musculares y regulación del tono muscular, prevención o retraso de complicaciones musculoesqueléticas propias de las enfermedades neuromusculares y mejora en la capacidad de realizar actividades de la vida diaria, aparte de autoestima y bienestar.

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