El dicho de que los árboles no te dejan ver el bosque se puede extrapolar a Salamanca. Los comerciantes de calles del Casco Antiguo, como la Rúa, lamentan el exceso de obstáculos que restan visibilidad a sus tiendas.
Esto supone que muchos viandantes no se percaten de la tienda y no entren, lo que provoca unas menores ventas. Los principales “estorbos” que denuncian los profesionales son las sombrillas de las terrazas, los andamios con vinilos publicitarios o los ‘adornos’ que coloca el Ayuntamiento.
“Uy, no había visto esta tienda…”. Esta es una de las frases que más escuchan algunos de los comerciantes del Casco Antiguo, quienes denuncian la dificultad de los clientes para ver el escaparate o la entrada de sus negocios debido a diferentes obstáculos como las terrazas o los andamios. De esta manera, muchos de los potenciales clientes pasan de largo y no entran, lo que supone un menor volumen de ventas para estos establecimientos de calles como la Rúa, Compañía o Meléndez.
“Comercialmente hablando, todo lo que quite visibilidad es perjudicial para el negocio. El mejor vendedor es el escaparate, y si los que pasan por la calle no lo ven, a nosotros nos afecta negativamente”, lamenta un comerciante de la zona, que no quiere dar su nombre “porque luego desde el Ayuntamiento se vengan”.
Las terrazas son uno de los principales impedimentos, que hacen que los viandantes no se percaten de los comercios. Por un lado, los responsables de estos negocios denuncian que “las jardineras quitan mucha visibilidad. Aunque quieran, los que pasan por el otro lado no nos ven”.
Las sombrillas también suponen “un gran obstáculo”. “Cuando están cerradas se ve la tienda, pero cuando las abren, quienes pasan del otro lado de la calle no nos ven”, explican desde otro establecimiento. Por si fuera poco, denuncian que “el horario de las sombrillas lo han empezado a respetar ahora, pero es que antes muchas veces no se respetaba, y eso sí que quita visibilidad”.
Asimismo, las propias terrazas también “nos tapan mucho, especialmente cuando están llenas, porque los clientes se abren con las sillas, se acercan mucho a las aceras…”, añade otro comerciante, quien recalca que “todo lo que sea poner impedimentos que resten visibilidad nos perjudica”.
Todos ellos coinciden en que la solución pasaría por “controlar las terrazas” y “poner atención al cumplimiento de los límites”. “Puede haber terrazas, pero menos. A mí no me parece mal que haya terrazas, pero respetando los límites. Y hay veces que no se respetan. Todos tenemos que poder vivir, conviviendo entre nosotros. Al final llegas a un entendimiento, pero no porque el Ayuntamiento esté haciendo las cosas bien”, señalan desde otra de las tiendas.
Por otro lado, también hay quejas por los diferentes ‘adornos’ colocados por el Ayuntamiento, como el photocall de flores en la Rúa Mayor o el panel publicitario del Siglo de Oro, situado junto a lo anterior. “Quitan mucha visibilidad, y ya no solo a los comercios, sino también a la Clerecía o la Casa de las Conchas”, lamenta el responsable de uno de los comercios. “Además, solo le hace falta un cartel que ponga ‘reserve su nicho’”, ironiza sobre el photocall.
Finalmente, los andamios “hacen que muchos de los que pasan no nos vean. Llevan puestos muchos años, nos quejamos, pero no conseguimos nada”, apuntan desde una de las tiendas afectadas. Otra de las perjudicadas es la tienda de recuerdos Priority, tal y como expone su responsable, Carlos, quien se define como “bastante afectado”.
“Todos los que vienen desde el lado de la Plaza Mayor no ven mi tienda, y eso a mí me perjudica. Sé que toda esa gente no va a entrar aquí, porque no me ven. El andamio llevará ahí 15 o 20 años por lo menos, pero no nos solucionan nada pese a las quejas”, denuncia.
Respecto a la solución, “sería quitarlo”, pero reconoce que eso “no va a pasar. Esto es un David contra Goliat. El edificio será de alguien que tiene mucho dinero y es amigo de alguien del Ayuntamiento, como pasa siempre y como pasó con lo de los jeques, se arreglan entre ellos”, añade.
Los vecinos
Aparte de los efectos negativos para el comercio, los vecinos de la zona también sufren las consecuencias de todos estos obstáculos. “La situación actual es insostenible, hay mucho hacinamiento. La Rúa es una calle que tiene mucho tránsito, y con tanto estorbo no hay quien pase en horas punta”, explica una de las residentes en esa calle.
“El Ayuntamiento debería plantearse el nivel de terrazas que hay en estas calles, hay demasiada gente para el paso tan estrecho que queda entre las mesas y la fachada de los edificios. No es quitar las terrazas, es controlarlas”, añade otra vecina. “Pero parece que en esta ciudad manda más la hostelería que el alcalde”, confiesa resignada.
Sobre los diferentes andamios que hay colocados en la Rúa, tanto residentes como comerciantes coinciden en el “peligro” que suponen. “No sé qué sentido tiene dejar ahí una fachada en el estado en el que está, con un cacharro para sujetarla. Si no lo arreglan, que lo tiren”, zanja otro de los vecinos.
Por último, respecto a los adornos instalados junto a la escultura al maestro Salinas, llegan a calificarlos como “trampantojos” que “sobran”. “La Rúa es una calle estrecha, llena de gente, de terrazas… Si encima le añadimos estos instalaches conseguimos que en horas punta los mayores o los discapacitados lo pasen realmente mal”.
1 comentario en ««El mejor vendedor es el escaparate»»
creo firmemente que nos estamos pasando siete pueblos como se dice en el argoz callejero ¿este alcalde sale de casa ?¿se encuentra satisfecho de los trabajos realizados ? quien tiene que dar el visto bueno¿creo que de GRACIA A DESGRACIA solo se diferencian una silaba y figense la diferencia un jardin bien cuidado es mas que suficiente