Denuncian la precaria situación del hospital de Béjar

Según la Federación de Sanidad de CCOO, el hospital bejarano, único de la periferia, que da servicio a 20.000 usuarios y que incluso podría incrementar su número en 15.000 más, y descongestionar el Hospital de Salamanca, precisa «urgentemente» mejoras en sus infraestructuras y en la dotación de aparataje mínimamente operativo, adecuado y moderno.

Sin embargo, hasta el momento ha sido tratado como «un punto limpio» donde aparcar toda la chatarra obsoleta que sobra en el complejo hospitalario salmantino.

Y ha sido hace unos meses, cuando a petición de los radiólogos, que no podían hacer su trabajo en condiciones, se ha cambiado el ecógrafo y tras años de denuncias y cientos de reclamaciones, se han iniciado las obras y desmonte del aparato de rayos X para instalar, si esta vez es cierto, un aparato completamente nuevo.

Hace ya un año, CCOO hizo un escrito para poner en conocimiento de la Gerencia y del Servicio de Salud laboral, las precarias condiciones en las que trabajan los profesionales de Béjar en el verano; «sufren temperaturas de más de 38 grados en el interior del centro. Pacientes ingresados e itinerantes y trabajadores que sufren desmayos y lipotimias, en dicho escrito, se demandaba la instalación del aire acondicionado», dice el sindicato.

Tras el registro de varios escritos por parte de pacientes, trabajadores y nuestra organización sindical, a mitad del pasado verano, la Gerencia envió a Béjar unos ventiladores de pie para las habitaciones de hospitalización “y posteriormente otros cuantos para los trabajadores que vieron incrementada su indignación por semejante burla”.

También dice que es frecuente la carencia de ropa de cama y camisones que resulta insuficiente.

“Y es que cuando los pacientes son trasladados a Salamanca, la ropa que llevan (sábanas y camisones) no es repuesta por más que el personal encargado hace la petición. Consecuencia: no hay material suficiente para el mínimo aseo de los pacientes”, denuncia.

Explica que esta pasada semana, tras las lluvias, “se inundó la antigua consulta de monitores (y decimos antigua, porque los monitores también han desaparecido de Béjar, para la desgracia de las embarazadas presentes y futuras)”, dice.

Este espacio estaba ahora ocupado por personal de emergencias sanitarias -técnico de transporte y conductor- que pertenecen a una empresa privada “y alguien, desde la dirección de Salamanca, tuvo la brillante idea de trasladarlos a una habitación de la zona de hospitalización, dejándola inutilizada para el ingreso de pacientes y disminuyendo éste en un 20%”, señala.

A esto hay que añadir que “el centro de salud bejarano hace aguas, literal y metafóricamente; ha habido días de verano en que de los 10 médicos con que cuenta sólo había dos en consulta y en este otoño, días en los que había tres o cuatro. Según la Gerencia de atención primaria, de forma provisional, se van a trasladar a Béjar dos médicos de los pueblos de la comarca que verán disminuidas sus horas de atención con esta reestructuración”, explica.

“Tenemos una zona desatendida y olvidada a la que se está abandonando a su mala suerte”, concluye.