Ortega está vinculado a la Universidad Salamanca a través de la Sala de las Tortugas de la facultad de Ciencias. Ofrece conferencias y es un referente a nivel mundial sobre los dinosaurios
Por curiosidad, ¿para qué nos sirve estudiar a los dinosaurios?
En principio, para lo mismo que nos sirve estudiar cualquier animal o actividad, tanto humana como de otro organismo vivo del pasado. Para conocer como ha sido la historia de la vida en el planeta que podamos reconstruir y, por lo tanto, conocer. El conocimiento es una de las funciones importantes de las actividades de investigación. Así sabremos cómo ha sido la historia de la vida. Eso nos permite encontrar los cambios, los ciclos que ha tenido la vida a lo largo de la historia del planeta. Y si lo que quieres es una aplicación directa, nos permite entender el porqué estamos como estamos, en qué situación nos encontramos e, incluso, inferir cómo van a funcionar las cosas en el futuro en todo el planeta, dependiendo de cómo ejerzamos presión en unos u otros.
Si un meteorito acabó con los dinosaurios. ¿El hombre puede acabar con la especie humana?
Probablemente a los dinosaurios no los exterminó sólo un meteorito gigante. El meteorito gigante tal como se plantea en todos los modelos fue la gota que colmó el vaso. Pero, ese meteorito llegó a un planeta que estaba muy inestable ecológicamente porque estaban pasando muchas cosas.
¿Como ahora?
A eso voy. Había erupciones volcánicas a grandísima escala en todo el planeta, pero sobre todo en las zonas de la India que estaban colisionando con el resto de Asia y había emisiones de gases, como ahora, pero de otro tipo, a gran escala. Estábamos en una situación de cambio climático importante, porque se habían producido modificaciones en las corrientes oceánicas que habían cambiado la situación climática del planeta. En esa situación de enorme inestabilidad, es muy difícil recuperarse de una catástrofe. A todo esto, se añade una catástrofe de nivel planetario, como es el choque del meteorito, que está bien descrito que pueda causar un daño importante en los ecosistemas a pequeña y mediana escala. Por lo que, en ese momento y en este planeta inestable, funciona como cuando le das un golpe a un castillo de naipes, que se cae una parte y todo comienza a derrumbarse, así que cae un porcentaje altísimo de la biosfera que conocemos hoy en día. Lo bueno que tiene este planeta es que se recuperó, pero en varias ocasiones, la del Cretácico, la de los dinosaurios, no fue la mayor.
¿Cuál ha sido la peor extinción?
La peor extinción fue la del Pérmico que acaba con el 96% de las formas que habitan sobre las tierras emergidas. Sólo quedaron cuatro especies. En esa extinción había animales y plantas que no nos llaman tanto la atención como los dinosaurios. Además, tenemos un componente antropogénico que no hay forma de librarnos. El resultado de la extinción de los dinosaurios dio paso a que nos quitasen de en medio el poderío reptiliano y que dejasen que los ecosistemas se colonizasen por los mamíferos y por eso estamos nosotros hoy aquí.
¿Por qué nos llaman tanto la atención los dinosaurios?
Porque nos fascinan los dragones. Además, la extinción de los dinosaurios propicia nuestra propia aparición, por lo que nos encanta.
¿La mitología siempre ha tenido dragones y reptiles?
Sí, en todas las mitologías tienen dragones, reptiles que son malos. En las tradiciones judeocristianas el mito del reptil que encarna el mal primordial es importantísimo. Acumulamos esa mitología draconiana, donde el reptil gigante es el mal y el bien es el caballero que acaba con él. Nos hemos encontrado con una iconografía draconiana que, de repente, cuando la ciencia nos pone delante a los dinosaurios decimos: ¡Aquí están los dragones! Nosotros nos pasamos haciendo fábulas desde antes del Medievo y luego existen. Por lo que la implantación de los dinosaurios en la cultura del hombre es incluso previa a que se conocieran. La película Parque Jurásico es una broma, porque ya habíamos ideado a estos seres mucho antes.
¿Cuándo tenemos conocimiento de su existencia?
El concepto científico de que hay un lineage y que son los más diversos de una parte muy importante de la historia del planeta procede de finales del siglo XIX. El núcleo son las escuelas científicas de la Inglaterra Victoriana y las escuelas de París.
¿Dónde se han encontrado más?
Básicamente en los pantanos, los descampados.
¿Donde no estaba el hombre?
Ni las plantas. La instalación de cultivos o de bosques convierte la superficie del suelo y evita que encontremos roca fresca. Los encontramos donde hay una erosión muy activa como en el desierto de Gobi, desiertos, las estepas asiáticas, el norte de la Patagonia,…
¿Eso no quiere decir que sólo estuvieran ahí?
No, lo que indica es que allí hay rocas sedimentarias que acumularon restos de dinosaurios y que afloran a la superficie y se han conservado de tal forma que podemos identificar los restos. Por lo que, aunque los dinosaurios vivieran en otros lugares, no los hemos encontrado porque han estado expuestos al cultivo humano o al nacimiento de un bosque de robles en los últimos 300.000 años. Por ejemplo: Salamanca es rica en fósiles y no es un desierto, porque están en los escarpes del Tormes, donde se cumple lo de la erosión que nos permite acceder a rocas sedimentarias.
¿Están teniendo dificultades financieras?
Buscamos restos de la historia de la vida en este planeta para que lo entendamos y eso tiene una presencia en el conocimiento de la población. No descubrimos la vacuna de la malaria, no investigamos sobre el cáncer,… Por lo tanto, tenemos el espacio que tenemos. Los buenos proyectos en Paleontología consiguen financiarse en los mismos lugares donde lo consiguen la ciencia en este país. ¿En estos momentos? Mal. Nosotros presentamos proyectos que nos parecen interesantes, los intentamos ajustar a problemas que hay que resolver, ¿conseguimos financiarnos? No como hace diez años; no conseguimos ni mantener a los doctores que formamos, porque tienen que irse. ¿Podríamos hacer más si tuviéramos financiación? Sí. ¿La financiación se reparte de manera razonable? Eso va por barrios. A veces, pienso que no.
¿Qué país está invirtiendo más en financiar los proyectos paleontológicos?
Hay un elemento muy importante de la paleontología de los dinosaurios, del que no gozan otras disciplinas de la paleontología, que es que nosotros tenemos presencia social. Gusta lo que contamos. Cuando explicamos los proyectos en los que están implicados los dinosaurios, les atrae. Fundamentalmente, porque generamos recursos socioculturales. Encontramos cierta capacidad de generar riqueza y, por lo tanto, que se interese por nosotros. Funcionan bien en Teruel, en la Patagonia, en Estados Unidos,…
Volvamos al principio. ¿Somos el meteorito que vamos a destruir el planeta?
Los humanos somos el motor de inestabilidad que va a hacer que la capacidad de resistencia del planeta a cualquier crisis, que en otros momentos hubiéramos podido resistir, no lo haga.
¿Los mamíferos hemos sido muy voraces para el planeta?
Los humanos. Nosotros tenemos dos características que siempre manejamos: Primero, tenemos una capacidad de consumo de recursos mucho más allá de lo que nos podemos permitir y segundo, algo que no han tenido otras especies, que hemos sido capaces de ser consientes de autoextinguirnos. Por eso, somos los únicos que podemos ponerle freno a lo que estamos haciendo. Los organismos que se dedicaron a polucionar toda la atmósfera llenándola de oxígeno, que es el que nos hace vivir, desaparecieron, ¿por qué? porque destruyeron el medio que les era propicio, que era con poco oxígeno. Y dieron paso a otros organismos que aprovecharon la basura que ellos habían generado para sobrevivir. Estamos jugando a eso, pero nosotros somos capaces de darnos cuenta. ¡Pongámonos las pilas!
Si viene un meteorito. ¿Las cucarachas se salvarían?
No lo sé a ciencia cierta, pero una cosa es segura, estarían mejor colocadas que nosotros. Los organismos unicelulares tendrían muchas posibilidades, y si el planeta no se destruye del todo, volvería a comenzar.
1 comentario en «Francisco Ortega: «Los humanos somos el motor de inestabilidad para que el planeta no resista»»
Gracias por tenernos en cuenta. ¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS! Estoy emocionado, no sólo por leer esta entrevista; más aún porque el entrevistado es nada menos que mi Pachi Ortega, algo así como un hijo científico, que dio sus primeros pasos conmigo, y de quien depende , en buena parte, el futuro de la Sala de las Tortugas.
¡MIL GRACIAS, reportera de mi alma!