La Audiencia Provincial de Salamanca ha acogido este martes el juicio contra M.A.G.M., acusado de un delito de odio y otro de lesiones leves, por lo sucedido en la madrugada del 30 de septiembre de 2022. El acusado habría agredido e insultado al relaciones públicas de un pub salmantino, a quien llamó “maricón de mierda”, estando motivada la agresión por su condición de homosexual. El juicio ha quedado visto para sentencia.
“Llevo 626 días pensando en el día de hoy”, “quiero que se haga justicia”, “es una humillación, quiero ser feliz” o “no soy un animal, soy una persona y quiero que se me valore como una persona”. Así de contundente se ha mostrado este martes en la Audiencia Provincial el relaciones públicas -J.G.P.- que sufrió una agresión homófoba en la madrugada del 30 de septiembre de 2022.
Según ha defendido el denunciante, fue víctima de una agresión por parte de M.A.G.M. por su condición de homosexual. “Siempre he sido gay y siempre me han gustado los chicos”, explicaba, añadiendo que conocía a su supuesto agresor por haber coincidido en el instituto, donde también le habría hecho bullying.
Atendiendo a su relato, puesto que trabajaba como relaciones públicas de un pub salmantino, el día de los hechos se acercó al grupo de M.A.G.M. para ofrecerlos una copa, tras lo cual, este último “me miró de arriba abajo, me llamó maricón y me dio una patada en la pierna” y “después me golpeó en la cara”. Tras ello, asegura que, “lo que se pensaba” el acusado “era que yo no iba a hacer nada, como en el instituto”, pero llamó a la policía.
El presunto agresor, según afirma la víctima, “huyó”, y él le siguió “porque a mí me interesaba que le cogieran”. “Quiero que se haga justicia”, añadía, rechazando la idea de que “no es para tanto”, “si me ha pegado por ser maricón”, ha espetado. Asimismo, J.G.P. declaró que al llegar los agentes, su agresor les comentó que “le he pegado por ser maricón”.
A raíz de lo sucedido, la víctima lamenta que “tuve que abandonar el trabajo y no puedo trabajar como relaciones públicas porque me da miedo”. Por ello, pide “que se haga justicia”, e insiste en que su caso sirva “para que a quienes les pase algo así, sepan que no están solos” y “para que denuncien”.
Por su parte, el acusado ha negado en todo momento haber agredido a la víctima por su condición de homosexual, así como haberle dicho “puto maricón de mierda”. Además, M.A.G.M. ha reiterado que desconocía la condición sexual del denunciante, aunque sí le reconoció cuando les ofreció la copa, al tiempo que ha negado haberle faltado al respeto o haberle hecho bullying en ninguna ocasión por ese mismo motivo.
Según su testimonio, se encontraba en estado de “embriaguez” en el momento de los hechos, porque había bebido “muchas copas”, cuando pasó por las inmediaciones de la discoteca, acompañado por sus amigos y tras varias horas de fiesta. J.G.P. se acercó a ellos ofreciéndoles tomar algo en el establecimiento para el que trabajaba y “le ignoramos”. Ante la negativa del grupo, el empleado volvió a insistir y fue entonces cuando “le dije, ‘quita, pesado’, o algo así, y él dijo, ‘ven aquí si tienes huevos y dímelo a la cara’”.
En ese momento, M.A.G.M. fue hacia allí y sus amigos, tal y como asegura, se interpusieron entre él y el relaciones públicas. Además, pese a admitir que llamó a J.G.P. “gilipollas, pesado…”, matiza que, “si le dije ‘maricón’ no fue en forma de insulto”, insistía asegurando que tiene “grandes amigos homosexuales”. Tras el tumulto -indica- se fue a casa, “pero no huyendo”, y agregó que al día siguiente le pidió disculpas a J.G.P. por la red social Instagram “por mis formas”, aunque este último no las aceptó.
Testigos presenciales y agentes de la Policía Local han recordado que el acusado también profirió faltas de respeto a los propios policías, así como a la víctima. También habría dicho: “vaya cómo está el país, a ver si por un maricón de mierda voy yo a tener algún problema”.
La Fiscalía ha considerado como “totalmente creíble” la versión del denunciante, insistiendo en que “no se pueden negar la agresión física y las expresiones homófobas (…) sin provocación de ningún tipo”. Por ello, solicita para el acusado una pena de 1 año y 3 meses de prisión por un delito de odio, pese a ser considerado como delito contra la integridad moral y no de odio, incluyendo las agravantes de orientación sexual y discriminación.
También pide una multa de 2.160€ por el delito leve de lesiones, la inhabilitación de 4 años para profesión u oficio educativo en el ámbito docente, deportivo y de tiempo libre, y una indemnización de 1.000€ por los daños morales y de 129€ por tres días de perjuicio básico que tardó en curar de las lesiones.