Quedada debajo del reloj. Aquí comienzan los paseos domingueros que realizará La Crónica de Salamanca este verano tomando como excusa las obras de los escultores, de los graffiteros o los poetas, para conocer mejor nuestra ciudad y poner en valor lugares o establecimientos singulares.
Un día de 2006, Asunción, hermana de Pilar Sánchez, que es fotógrafa aficionada, le pidió que fotografiara un mirador que había en un edificio en ruinas de la calle San Justo. De ahí en adelante, no ha habido mirador en Salamanca que se le haya resistido. Tanto es así, que tuvo dos exposiciones cuya única temática eran los miradores o veladores una en el Ateneo y otra en El Casino de Salamanca.
Este primer mirador que fotografío Pilar, se conserva, porque el hijo de su amiga Teresa fue el artífice de que así fuera. Por lo que los paseantes que bajen o suban por San Justo verán la estupenda estructura metálica que adorna la esquina del nuevo edificio.
Suenan las campanas de las 9.00 horas debajo del reloj e iniciamos el paseo con Pilar, cuya sonrisa es contagiosa. A lo largo de la caminata contará curiosidades que le han ido pasando gracias a estos veladores, como una fotografía que le compró el hijo para la madre, porque esa era su casa o un padre que adquirió una imagen, porque su hija había montado una clínica en los piso donde se encuentraban esos miradores.
“Caminamos mirando al suelo y nos perdemos la belleza que hay en esas estructuras de hierro”, comenta Pilar Sánchez.
Hasta hace muy poco, su cámara era analógica. No tiene redes sociales y le pide a una amiga que le eche una mano con las que hace con el móvil. Su encuadre es muy especial, porque uno de sus ojos decidió que no quería ver.
Casi todos los miradores que fotografió para las exposiciones que realizó tenían la misma luz, porque aprovechaba el mediodía para captar las imágenes. “Salía de trabajar, comía corriendo y me ‘echaba’ a la calle a buscar miradores. Me picó la curiosidad, porque nunca te fijas. Cuando tuve la exposición en El Casino, más de una persona, se extrañaba de que esos miradores estuvieran en Salamanca”, dice riéndose.
En esos paseos de primera hora de la tarde, Pilar Sánchez confiesa que entró por primera vez en el Barrio Chino. Hablamos de 2006, cuando ya la remodelación de esta parte de la ciudad se había hecho. “Había estado en el palacio de Congresos, pero no había callejeado. La calle Tahonas Viejas tiene miradores preciosos. Confieso que no solo me ocurrió con esa calle, he conocido otra ciudad gracias a los miradores”, comparte.
Quizá, ella que siempre ha vivido por la zona de la Gran Vía, plaza de Los Basilios, tuviera resquemores y leyendas de lo que fue en los años sesenta y setenta, incluso antes, este barrio donde la prostitución y la droga estaban presentes en cada callejuela sin urbanizar. La reconstrucción se hizo con Jesús Málaga y concluyó con Fernando Fernández de Troconiz ya entrada la década de los noventa.
San Pablo, Poeta Iglesias, Meléndez –nuevos y viejos miradores-, Zamora, Toro, Gran Vía, plaza del Liceo son algunas de las calles o plazas del centro que solo con mirar para arriba, el paseante disfrutará con las vistas. Parecen iguales, pero cada uno es diferente. «Cree que ahora no los hacen, porque quitan espacio a los piso. Lo importante es que los que hay, se conserven, incluso haciendo reforma en las casas. No sé si serán cómodos, pero desde fuera son preciosos», concluye.
Y no se olviden del mirador el del Ayuntamiento y la Casa Lis… inmensos miradores con sus vidrieras de colores.
Fotografías. Pablo de la Peña.
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3 comentarios en «Un paseo donde lo importante está arriba»
Un reportaje muy interesante, de ahora en adelante iré observando los miradores de esta ciudad, que curioso, me gusta
Bonito, interesante, buenas fotos, Gracias
Muy bonito reportaje y muy curioso muchos de ellos ni los conocíamos