Hablemos de Carmen Martín Gaite en presente, porque sus obras siempre estarán ahí para abrirnos la mente.
El calificativo señora de las letras le queda pequeño. Ella es una escritora con mayúsculas. Dominaba el leguaje, el tiempo y la naturaleza de sus personajes. Era Dios, los creaba y los destruida a su antojo. Uno de los personajes de Lo raro es vivir decía: «Desde que el mundo es mundo, vivir y morir vienen siendo la cara y la cruz de la misma moneda echada al aire, pero si sale cara es todavía más absurdo. Para mí, si quieren que les diga la verdad, lo raro es vivir». Es uno de los mejores libros que pueden caer en tus manos si acabas de perder a un ser querido.
Y, es que Carmen Martín Gaite tiene un libro para cada momento de tu vida. Los adolescentes, los de ahora y los suyos y los que vendrán, pasan por las misma situaciones. Cuando escribió Entre visillos no había móviles, pero el sentimiento de enamoramiento, con sus miedos, inseguridades y delirios, es el mismo desde que existe el ser humano.
¿Quién no busca la libertad como le ocurre a Sara Allem en Caperucita en Manhattam? ¿Quién no sueña desde su ventana con otros mundos que están al otro lado del río? ¿A quién no le gustaría tener de compañeros de viaje a un pastelero millonario o a una mendiga sin edad y que gracias a ellos encuentres tu lugar?
Y por último, Retahílas donde la escritora que nació en Salamanca hizo un viaje hacia las raíces de las familias. Todos las tenemos, puede que sean como las dos que tienen las encinas, gruesas, que le sirven de anclaje, y finas, que se hallan a unos 60-70 cm de la superficie y captan oxígeno del suelo, o las del Kalahari, el llamado árbol de los pastores que crece en las zonas secas del sur de África, con 68 metros de profundidad. A todos los que hemos tenido la suerte de conocer a nuestros abuelos, nos gustan sus historias.
Aquí solo hablamos de cuatro libros, pero ella escribió 11 noveles, siete libros recopilatorios de novela corta, cuatro libros de relatos, siete ensayos, cuatro poemarios y más libros donde exploró otros géneros, como el epistolar.
Carmen Martín Gaite escribió novelas que pasaran a la historia de la literatura española, porque ya son clásicos. Tenía una capacidad única para que lo cotidiano fuera extraordinario, que así debe ser, porque lo otro es normal, palabra tan escasa de contenido, que solo por pronunciarla ya aburre. Manejaba el lenguaje y apostaba por darle una vuelta más a cada palabra para huir de lo evidente.
Esta es la visión de nuestro artista Chema Martín, de la academia Cibeles, en la calle Rosario, 32, Salamanca.