Álvaro Mel, el salmantino ‘renacentista’

El actor, pintor, influencer, abiertamente feminista y ahora se atreve detrás de las cámaras. Además, nació en Salamanca hace 29 años
Álvaro Mel. Instagram.

No ha cumplido 30 años, nació en 1996, y en cada empresa que emprende, triunfa. Álvaro Mel, salmantino de nacimiento y ciudadano del mundo si se siguen un poco sus redes sociales, sabe sacarle partido a la vida. Lo mismo actúa, que defiende firmas como influencer, que prepara una exposición de pintura o que se pone detrás de las cámaras y a todo le presta su entrega y profesionalidad.

Abiertamente feminista, así lo asegura en una entrevista en Esquire. “No quiero que me definan como actor de típicos roles del hombre pudiente con las mujeres detrás que cuentan el amor desde el heteropatriarcado. Me parece que si la sociedad se está reinventando, la ficción también debe hacerlo. Apuesto por proyectos con protagonistas femeninas, con productoras, guionistas, directoras, por supuesto con hombres, en equipo y en igualdad. Es mi opinión y soy coherente, no es un discurso impuesto ni fingido”.

Su último proyecto de ficción es Manual para señoritas, de Netflix, donde la seducción está en cada uno de los ‘fotogramas’. En la misma entrevista de Esquire, Álvaro Mel asegura que a él le seduce lo real. Lo que tiene una esencia. “Escapando del narcisismo. Madurar creo que es estar tranquilo. Avanzando hacia quién quieres ser con un pie en quién eres. Pero sobre todo estar tranquilo”.

Reconoce que está pasando un buen momento en su vida, que se va a dormir tranquilo, sin grandes problemas que le reconcoman.

Además de guiones, Álvaro Mel tiene pinceles entre manos. Si entras en su Instragram, el artista salmantino está colgando sus obras. “De cuando estudié Arquitectura un año saqué la técnica de la perspectiva cónica de dos fugas y mis cuadros son así, como planchas más o menos abstractas por encima y por debajo de la línea del horizonte. Creo que me deinan bien porque yo soy muy cuadriculado y perfeccionista en muchas cosas, pero a la vez tengo ese punto artístico más caótico, con colores que rompen, más onírico”, explica en la entrevista e Esquire.

Por último, Mel también se atreve a ponerse detrás de la cámara. Las navidades pasadas hico un documental con su abuela, que tiene 90 años, “para que sea un recuerdo vivo, tocando el piano, siendo supercómica, ensayando con mis guiones, que le encantan… Y tengo otro proyectillo como guionista y director que a ver si ve la luz. Yo busco atreverme, equivocarme, asumir, aprender… ¿Los típicos verbos de artista? Pues a ponerlos en práctica”, concluye este hombre al que le sienta como un traje hecho a medida el adjetivo renacentista.

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