Carmen Martín Gaite y Torrente Ballester unidos por Torres Villarroel

Varios actos para homenajear a una de las grandes y todos ellos muy trabajados, por parte de profesores y alumnos. El IES Torres Villarroel acogió este viernes un acto cultural con mayúsculas -poesía y música-, con la figura de Carmen Martín Gaite como centro neurálgico de todo lo que iba aconteciendo en el escenario del salón de actos.

Pivotando alrededor del 23 de abril, Día del Libro, el instituto del barrio de San José organiza diferentes actos vinculados con la escritura. Entre ellos, la entrega de premios del concurso de narración, Gonzalo Torrente Ballester -fue profesor del centro- que este año cumple su vigésimo cuarta edición.

De gallego, Torrente Ballester, a Salmantina de nacimiento y sangre gallega, Carmen Martín Gaite. De un modo u otro unidos por los alumnos del IES Torres Villarroel y los colegios Meléndez Valdés y Virgen de la Vega que leyeron poesías de la escritora salmantina. Quizá, como bien señaló Mónica Velasco, profesora del instituto y poeta, la faceta menos conocida de Carmen Martín Gaite.  

Aplausos para los y las rapsodas al recitar los poemas de Martín Gaite, al igual que para la interpretación al piano de Vega Huerta, que fue la ‘telonera’ de un momento especial. Subió al escenario Mónica Velasco, una de las poetas más significativas de Salamanca, con una sensibilidad y profundidad en sus poemas que no dejan indiferente al que lo escucha o lo lee.

Agradeció el reconocimiento como mejor sabe hacer un poeta: leyendo un poema. Compartió con sus alumnos, compañeros y asistentes que los versos que iba a leer le surgió durante un examen, no suyo, sino de los alumnos. Recreó en palabras los nervios, las miradas, los momentos de tensión, de disfrute cuándo conoces la respuesta… intercalaba entre medias de estas visualizaciones desde la mesa del profesor, lo que ella estaba pensando al cuidar el ejercicio, que aunque fuer poco ‘ético’ no podía dejar que la musa se le escapara… Ya sabemos como es de ‘celosa’ la inspiración, que o te pilla trabajando o se esfuma como la sombra al encender la luz. Eso sí, Mónica Velasco advirtió que el poema lo escribió, pero de reojo vigilaba a los alumnos. Momento en el que le sacó una sonrisa al respetable.

Y por último, los premios a los relatos. Dos alumnas del Torres Villarroel, ambas de 3º de la ESO, y un alumno del colegio Jesuitas, de Valladolid, que estudia 4º de la ESO.

El primer premio fue para Miranda García García, con su ‘Bo’, que cuenta el cariño que se tiene a los animales, sobre ecologismo y la presión al escribir. Se inclina por una carrera de letras, una Filología.

El segundo premio lo consiguió Ainara Jiménez Castro con ‘La generación de los sueños rotos’. Donde un grupo de artistas organizan una revolución para hacerle ver a la ciudadanía que el arte no puede estar machacado, porque no lo ven como algo útil o un trabajo. Los artistas reivindican que sin la cultura no se puede vivir. Le gustaría formarse en el mundo del arte.

El tercer premio se fue para Valladolid gracias al relato escrito por Hugo Ruiz González, del colegio Jesuitinas, con ‘El botijo del campamento’, donde refleja el alcoholismo y los comas etílicos entre los adolescentes.

Carmen Martín Gaite y Gonzalo Torrente Ballester estarían muy contentos, incluso si nos apuramos y teniendo en cuenta su flema gallega, seguro que se hubieran emocionado un poco, al ver como estos tres jóvenes ‘toman’ el testigo de sus plumas, aunque quizá estos jóvenes escriban sus cuentos con bolígrafos o directamente en el ordenador… Y conociéndolos dirían: ‘Si el relato es bueno… ¡Qué más da!’.

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