Este no es un blog de autoayuda al uso. Tampoco es un texto de consejos médicos. Ni siquiera es una conversación entre médico y paciente. Son, por encima de otras cosas, las reflexiones personales de una fumadora impenitente de cigarrillos, Lira Félix Baz, y de un médico, Miguel Barrueco, que trata de ayudar a los fumadores a dejar el tabaco como jefe de la Unidad de Tabaquismo del hospital Clínico de Salamanca.
Siempre hay un momento en el que un fumador quiere dejar el tabaco. Aprovéchalo, porque es como los trenes… (4º Post)
[dropcap]H[/dropcap]e hablado con ex fumadores sobre este asunto para ver cuál había sido el primer interruptor que pulsaron para plantearse dejar de fumar. Cual había sido ese clic, que logra activar un mecanismo en el cerebro, que te hace pensar que es el momento de dejarlo. Serrat en su canción No hago otra cosa que pensar en ti canta
(…)“Enciendo un cigarrillo, y otro más…
Un día de esos he de plantearme muy
seriamente dejar de fumar, con
esa tos que me entra al levantarme…(…)”
Almudena me comentó que ella había dejado de fumar con 23 años y no había vuelto. Ella me explicó que se levantó una mañana y se notó cansada. No le dio importancia. A las dos o tres semanas, volvió a tener la misma sensación de estar enferma y le angustió la situación, pero siguió fumando. La tercera mañana que se despertó, como si no hubiera dormido en semanas, dijo: ‘No puedo encontrarme así, sin haber cumplido el cuarto de siglo’. Esa misma mañana ya no se encendió un cigarrillo. De ello, ha pasado más de una década. Ella se encuentra muy feliz por la decisión tomada. “Pero no me atrevo a encender un cigarrillo, por si acaso…”.
Yo no fui tan valiente como Almudena. No, como he dicho antes, la primera vez que dejé de fumar pasaron cinco años hasta que volví a coger un cigarrillo. Estuve fumando un tiempo, lo volví a dejar y así hasta que un día de verano, en mi sexta recaída, me di cuenta que de la pandilla de amigos sólo fumaba yo.
Iba a ser la séptima vez que lo dejaba. En este momento, me voy a permitir una licencia pedante. ¡Ay, va! Si tenemos en cuenta que el siete es el número que se identifica con la sabiduría, quizá esté en el buen camino, claro que ha sido mucho más sabio aquel que lo dejó en la primera intentona.
Volvamos al mundo terrenal. No creo que ser la única del grupo fuera la razón
primordial para que me planteara intentar dejarlo de nuevo. Pero sí me dio qué pensar.
Además, existía otra cuestión, que sí es común en muchos ex fumadores. Mi mente me bombardeaba con un mensaje: ‘Y si este cigarrillo es el que desencadena todo y dejas de estar cansada y comienzas a estar enferma’. Este pensamiento se hacía presente en los instantes más inesperados.
Nicolás me contó que llevaba un tiempo pensando en el cáncer. Parecía, decía él, que cada noticia que leía tenía relación con esta enfermedad. Se encontraba con alguien y le informaban de que tal o cual persona que conocía, presentaba un tumor. Es lo que tiene la mente de traicionera, que cuando nos obsesionamos con una cosa, no paramos de ver, oír y pensar en dicha cuestión. Me explico: Si pensamos en ir a la Universidad, sólo vemos por la calle universitarios; si vamos a clase para obtener el permiso de conducir, sólo vemos coches de autoescuelas; si queremos tener un hijo, sólo vemos cochecitos de bebé. Así es de selectiva la mente, cuando creemos que tenemos posibilidades de tener un cáncer, todas las conversaciones nos llevan a lo mismo o al menos es lo que creemos escuchar.
Esta idea del cáncer, que obsesionaba a Nicolás, fue el detonante de que decidiera dejarlo. Eso y que encontrándose en Almería trabajando, al concluir una jornada laboral, un tanto ajetreada, porque terminó a eso de medianoche, se sirvió una copa del minibar del hotel y se propuso relajarse fumándose un cigarrillo. Lo encendió y sus pulmones se le cerraron de pronto. Sintió que se ahogaba. Tuvo que salir al balcón de su habitación, abrir la boca, inhalar aire fresco, relajarse, volver a coger una bocanada de aire y comenzar a tranquilizarse. Justo en este momento decidió que era el indicado para dejar el vicio.
1 comentario en «Estamos a punto: Llegó la hora»
Creo que lo que aquí se dice es de suma importancia para mucha gente que quiere pero no puede dejar de fumar. Se debería dar mucha difusión
Y además está muy bien escrito.