Denuncian el envenenamiento de gatos callejeros

Y la quema de sus casetas refugio en el Paseo Fluvial
Los bomberos apagan el fuego en las casetas refugio de los gatos en el Paseo Fluvial.

El Partido Animalista Pacma denuncia la aparición de varios gatos muertos con signos de envenenamiento y la quema presumiblemente intencionada de casetas de refugio en la colonia felina del río Tormes. Días antes, el 25 de enero, un biólogo declaraba que «había que matarlos a todos» para solucionar el problema de interferencia de estos animales con la fauna autóctona.

Pacma critica duramente las «atrevidas» declaraciones del biólogo al hablar de la necesidad de matar gatos como solución a la depredación que estos practican a la fauna autóctona que habita en las inmediaciones del río.

El biólogo explicaba en la prensa que «los animalistas ahora no permiten sacrificar gatos porque son achuchables, pero no les importan el resto de especies». Esta afirmación es calificada por Pacma como un intento de ridiculización de un movimiento que desconoce.

La portavoz del Partido Animalista, Yolanda Morales, advierte que «es un peligro que un experto en biología se permita la licencia y se perciba con autoridad suficiente como para sentenciar públicamente a una especie con las consecuencias que eso puede tener y que, de hecho, posiblemente ha tenido sobre estos animales». Morales añade que Benito era consciente de la vulnerabilidad de la colonia del río Tormes, que vive expuesta a innumerables peligros y normalmente confía en la mano humana.

En su entrevista, el biólogo explicaba que los animalistas solo se preocupan de perros y gatos y que no prestan atención a otras especies porque «no se pueden acariciar», así como que «España está llena de gatos». Morales apunta que en España no hay más gatos precisamente porque los activistas animalistas «se han movido para controlar las colonias de su propio bolsillo, sin ayuda y sin matar; algunos ayuntamientos están empezando a cubrir gastos después de muchos años de lucha, y en esa lucha se echa en falta, precisamente, a los biólogos».

Las protectoras locales

Casi 20 asociaciones protectoras de animales de Salamanca han elaborado un escrito en el que muestran su preocupación por la situación de los felinos y piden ayuda urgente al Ayuntamiento de Salamanca y la Oficina de Bienestar Animal para que actúen en consecuencia y aseguren el cumplimiento de la legislación en materia de protección animal.

El Partido Animalista comenta que perros y gatos son los animales que mayor atención reciben porque «su miseria» es la más visible para las personas. Para la formación animalista es algo «lógico» que la sociedad sienta mayor apego por especies con las que conviven más y cuyo dolor pueden interpretar a simple vista. Además, aclaran que las clínicas veterinarias atienden principalmente a «pequeños animales», o lo que es lo mismo, animales de consideración doméstica.

La formación política animalista apunta que no se puede dar ejemplo de respeto por las diversas formas de vida mostrando como solución la erradicación de una de ellas.

Pacma afirma que el trabajo de los biólogos debe consistir, entre otras cosas, en instruir a la población y a las autoridades sobre esos problemas de los que no es tan fácil percatarse, como puede ser la merma poblacional de especies autóctonas, y proponer soluciones y métodos para recuperarlas, pero «en ningún caso debe permitirse que una persona que se pretenda estudiada realice un discurso incriminatorio contra una especie animal. Es absurdo, infantil y comprometedor».

Los gatos actúan como gatos y no se les puede responsabilizar de sus actos, dice Pacma. Los proyectos CER (captura, esterilización y retorno) se acompañan de protocolos de alimentación controlada que, aunque no eliminan el instinto cazador del felino, lo reducen al no tener necesidad de cazar para comer.

Un punto de encuentro

Morales afirma que hay algo con lo que sí están de acuerdo sobre las palabras del biólogo: los gatos deben vivir controlados.

«Tanto por el peligro que supone para otras especies como para ellos mismos; es necesario que los responsables de gatos los mantengan bajo custodia e impidan que estos se reproduzcan, cacen o se peleen con otros gatos promoviendo la transmisión de enfermedades», declara.

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