Centro de la Memoria Histórica
No se derramó sangre, pero sí miles de kilos de tinta para defender cada una de las posiciones encontradas una vez más
No se derramó sangre, pero sí miles de kilos de tinta para defender cada una de las posiciones encontradas una vez más
Cuando una ley es aprobada por el Congreso de los Diputados tiene que ser obedecida y acatada por los demócratas, nos guste o no
En Salamanca durante veinte años no ha habido más política que la del archivo, nada interesaba, solamente los papeles que se iban a llevar los catalanes
Bastaba con sacar el señuelo de los catalanes y su separatismo, y recurrir a la idea de que nos llevaban el archivo para que inmediatamente el de San Ambrosio pasara a ser tan importante como las catedrales
Un grupo selecto de personas nombradas por el Gobierno de Franco llenaban de material incautado camiones que trasladaban documentos y todo cuanto podía interesar a los rebeldes a Salamanca para la represión del enemigo.
Se organizó un dispositivo para el traslado de la colección de muñecas a Salamanca sin que los catalanes lo supieran
El nuevo director general de Tráfico y su sucesor, de malas maneras, renunció al proyecto del museo. Julián Lanzarote retomó el asunto, y con la familia Gómez Planche construyeron el museo en el barrio de San Nicolás, en el solar de una antigua fábrica
Martín Palacín conoció la colección y quedó prendado de ella. De ahí nació la idea de añadir al proyecto del Centro Nacional de Educación Vial, el del Museo nacional de Automoción
Julián Lanzarote devolvió al obispado sin contrapartida, incumpliendo lo convenido, el palacio que había sido restaurado con dinero público
Una tragedia cambió la vida del cantero que reproducía a escala los monumentos salmantinos