[dropcap]E[/dropcap]l efecto notable y pernicioso de las denominadas «revoluciones» conservadoras (empezamos por maltratar el lenguaje y la lógica con esta asociación de palabras) se percibe, por ejemplo, en la abundancia y la intención (mala) con que se emplea el término «buenismo» por parte de aquellos que se consideran no solo revolucionarios conservadores o retrógrados posmodernos, sino avanzados en el conocimiento de la realidad, es decir, realistas.