La galería El cuchitril presenta el 3 de febrero hasta 3 de marzo la exposición ‘Como en casa’, a cargo del polifacético artista Carlos Tmori
El Cuchitril
Benéitez tiene ‘Ropa tendida’ en El Cuchitril
[dropcap]U[/dropcap]na prenda (generalmente de color) se llama bandera porque aparece una imagen simbólica, respetada por muchas personas, sobre una tela rectangular y que va pegada a un poste o colgada de una cuerda (estandartes que difieren significativamente de los utilizados como señales de advertencia o para acciones). Aunque las diferentes banderas de la Tierra siguen a una persona o colectivo, se airean mejor en una habitación vacía con la ventana abierta y tardan menos en secarse una vez tendidas. Durante el proceso de oreado, estas banderas se utilizan para identificar regiones, así como países afiliados.
Lo cuqui y lo siniestro tienen una pared en El Cuchitril
[dropcap]L[/dropcap]a galería el cuchitril acoge del 15 al 18 de mayo la muestra conjunta de Henar Bayón y David Díez, De lo cuqui y lo siniestro, y se realizarán diferentes actividades durante todo el sábado 15 de mayo
Las quiero a todas, de Raquel Barbero
[dropcap]S[/dropcap]i hay algo que, plásticamente, me fascina de la mujer es el erotismo. El erotismo no entendido solo como algo sexual —aunque resulte paradójico— que aborde únicamente la búsqueda estética del propio cuerpo, sino también como una herramienta de atracción y seducción aplicada a cualquier campo de la vida. La fuerza de una mirada, el diálogo de una postura, la dirección de un hombro o una rodilla. El lenguaje del cuerpo que nos deja ver más allá de la piel y un poco más acá de la esencia más intima de cada mujer sin que importe su edad, su entorno, su educación o su condición social.
Por El Cuchitril del Corrillo
[dropcap]F[/dropcap]ui de la mano de Francisco Resina, pintor y compañero en las andanzas académicas. Me lo había dicho meses atrás, que exponía en una galería de arte recientemente inaugurada. Poca obra, porque el espacio era reducido y el ideario iba por la exposición colectiva con visos de permanencia. La idea parecía original, más en estos tiempos, tan aciagos para el arte, en los que abrir una galería a la antigua usanza resulta hazaña cuasi quijotesta. Y allí nos plantamos para ver sus monotipos tridimensionales con estampaciones en papel y cristal, meritorios por algo más que la denominación tipológica. Algún día reflexionaremos sobre la obra de Resina, que su aquel tenerlo lo tiene.